Como si se tratara de la tierra prometida, el abogado Alberto Peña comenzó a cobrar por metros cuadrados en Cartagena para falsamente la adjudicación de predios a más de 2 mil personas que creyeron en lo que les predicó. Incluso, para hacer la compra más llevadera, les ajustaba los pagos en módicas cuotas que llegaba a cobrar a los barrios en camionetas y con escoltas.

“Señorita, es que le damos dinero y le damos dinero pero la tierra no se ve. Nada que avanza el proceso”, dijo una de las víctimas del abogado Peña cuando se acercó a la oficina de la Agencia Nacional de Tierras en Bolívar para preguntar sobre el proceso de su terreno.

Esa denuncia la recibió Elvira Utria, coordinadora de la Unidad de Gestión Territorial, a quien el ambiente se le hizo extraño cuando casi todos los días llegaban personas con la misma versión: un abogado les prometió adjudicarles una tierra por la que pagaron entre 500 mil o 1 millón de pesos. Según las estimaciones de la entidad, el falso abogado logró recaudar aproximadamente mil millones de pesos.

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A diario nos llegan unas dos o tres personas averiguando procesos de solicitudes de tierras, alegando que son asesorados jurídicamente por un abogado y que le dieron un poder para ello. Les promete que sus procesos saldrán rápido y que serán beneficiadas con tierras, y les cobra una suma dependiendo de la persona”, explicó Utria.

Y es que, como si se tratara de un mapa, el abogado Peña recorre siempre los mismos barrios de Cartagena: Villas de Aranjuez, El Pozón y sus alrededores, y hasta en municipios cercanos como Santa Rosa donde, según Utria, hace reuniones amplias para explicar cómo van a poder acceder a las 3 millones de hectáreas que el Gobierno Petro prometió comprarle a los ganaderos y que le daría a los campesinos. Y la gente se emociona, cree.

El plan del abogado Peña es sencillo: los reune y se presenta como presidente de la Asociación Departamental de Campesinos de Bolívar y los invita a unirse a la entidad para que sean beneficiarios de las tierras, pero para ingresar al plan, deben pagar un monto de dinero.

Luego, los hace llenar unos formatos con los logos de la Agencia Nacional de Tierras, recoge sus datos: nombres, dirección, teléfonos. Y si la gente quiere, les divide los pagos en cuotas, pero si se retrasan en los pagos, llega hasta el barrio para cobrarles con escoltas.

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Las personas que aceptan el trato del abogado, e incluso algunas llegan a firmar poderes, creen que todo va viento en popa, pero cuando se acercan a las oficinas de la ANT les dicen que no saben quién es él.

“Este señor primero que todo no trabaja para la agencia, no sabemos quién es, y segundo los procesos de tierras tienen canales específicos. Les cobra dinero pero hay que aclarar de inmediato que en la agencia no se les cobra ni un solo peso a las personas por estos procesos, que son totalmente gratuitos”, explicó Utria.

Lo cierto es que los formularios son falsos, pues la ANT no los expide ni los requiere en los procesos. Además, tampoco es funcionario de esa asociación campesina.

Pero lo más preocupante es que “está llenando de expectativas falsas a la gente, engañándolas. Digamos que esta persona tiene una especie de agencia paralela. Este señor no tiene título de abogado, pero se hace pasar como tal”, aseguró la funcionaria.

Al hacerle seguimiento a la situación, la Agencia Nacional de Tierra interpuso una denuncia formal ante la Fiscalía para acabar con la estafa de la que fueron víctimas, no una ni dos personas, sino más de 2 mil que ahora están sin tierra y sin plata.

Hasta el momento, se van a iniciar las acciones legales contra el abogado, a quien se le cambió el nombre para no entorpecer la investigación judicial. Por su parte, él asegura que no tiene nada que ver con la supuesta estafa y que interpondrá otro recurso para responder.