Según informa The Sun, la novia había firmado una especie de acuerdo prenupcial en el que se comprometía a no compartir fotografías de la boda en ninguna red social. Pese a ello, la mujer hizo caso omiso y envió algunas imágenes a sus amigas a través de Snapchat, por lo que su fugaz esposo no dudó en pedirle el divorcio.

La existencia de la extraña cláusula fue confirmada por el hermano de la novia, que comentó que:

Lamentablemente, mi hermana no cumplió la promesa y usó Snapchat para compartir fotos de la boda con sus amigas, lo que llevó a la sorpresiva decisión del novio de cancelar el matrimonio”.

El hecho, por supuesto, desató un altercado entre las familias de la pareja ya que, mientras la de la novia alegaba que es una medida “injusta”, los del novio argüían que el incumplimiento es motivo suficiente para terminar con la unión.

Esta no es la primera vez que en Arabia Saudita se presentan casos curiosos de este tipo: a principios de este año, otro matrimonio se acabó pocas horas después de la ceremonia porque, según el novio, la mujer estaba “demasiado ocupada” enviando mensajes y no se pudo consumar la unión.