“El saldo que tenemos hasta hace unos minutos (…) es de 66 personas fallecidas y 76 personas heridas”, dijo el gobernador estatal Omar Fayad en rueda de prensa, en el Palacio Nacional de Ciudad de México, en la que se encontraba el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El estallido ocurrió en la comunidad de Tlahuelilpan, localizada a unos 120 km de la capital, luego de que un ducto fuera perforado por traficantes de combustible y cientos de personas, incluidas familias enteras, se lanzaron para llevarse gasolina en distintos contenedores.

Dos horas después de que fuera perforado, “se nos informa que había habido una explosión” y “las llamas estaban consumiendo todo lo que había alrededor“, añadió Fayad.

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La investigación de “los hechos va a estar a cargo de la Procuraduría General” (fiscalía), dijo de su lado López Obrador.

El ducto, informó de su lado en la conferencia Octavio Romero, director de Pemex, estaba en proceso de ser llenado luego de que el 23 de diciembre pasado su operación fue suspendida en el marco de una estrategia lanzada por López Obrador para combatir el llamado “huachicolero”, como se conoce el robo y tráfico de combustible y que en 2017 dejó pérdidas por 3.000 millones de dólares, según cálculos de Pemex.

Elementos del Ejército y fuerzas policiales locales se acercaron al sitio donde el ducto fue perforado pero no consiguieron contener a los civiles que corrían con sus contenedores para llevarse el combustible.

El sitio de la explosión amaneció custodiado por militares mientras en el ambiente aún se percibía un fuerte olor a combustible.