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Tus mocos hablan y la ciencia los está escuchando. Lo que sale de tu nariz podría anticipar enfermedades, mejorar vacunas y cambiar el futuro de la medicina.
Durante siglos, esta sustancia viscosa fue vista como algo desagradable y sin valor. Sin embargo, hoy la ciencia demuestra que puede ser una herramienta diagnóstica clave para detectar enfermedades, fortalecer el sistema inmune e incluso anticipar el riesgo de padecer enfermedades crónicos como Epoc o Alzheimer.
En la antigua Grecia, el médico Hipócrates creía que los mocos (o flema) formaban parte de los “cuatro humores” que determinaban la salud y personalidad humanas. Según su teoría, un exceso de flema producía epilepsia, y quien tenía un “temperamento flemático” era frío y distante.
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Hoy sabemos que esto no tiene base científica, pero sí se ha descubierto algo fascinante: la mucosidad protege nuestras vías respiratorias y su color, textura y composición pueden revelar lo que está ocurriendo en el interior de nuestro cuerpo.
Aunque estos indicadores son útiles, la verdadera revolución está en el análisis profundo de la mucosidad y su microbioma.
Al igual que en el intestino, en tu nariz viven millones de bacterias y microorganismos que conforman el microbioma nasal. Este ecosistema:
Según la profesora Daniela Ferreira, de la Universidad de Oxford, pronto podríamos usar espráis nasales con bacterias beneficiosas para reforzar este microbioma, igual que tomamos probióticos para el intestino.
“Imaginen si pudiéramos poblar nuestras narices con microbios buenos que bloqueen la entrada de los malos”, afirma Ferreira.
Un estudio piloto en el Hospital de Helsingborg (Suecia) pidió a 22 adultos con congestión crónica que se aplicaran mocos de amigos sanos durante cinco días.
¿El resultado? Una reducción del 40 % en síntomas como tos y dolor facial durante tres meses, sin efectos secundarios.
Aunque suene extraño, es una técnica similar a los trasplantes fecales usados para tratar infecciones intestinales graves, y abre la puerta a tratamientos más efectivos, simples y naturales.
La doctora Jennifer Mulligan, otorrinolaringóloga de la Universidad de Florida, descubrió que los mocos pueden reemplazar biopsias nasales para diagnosticar enfermedades como rinosinusitis crónica y pólipos.
Esto permite:
Además, su equipo ha comprobado que un espray nasal con vitamina D puede restaurar el olfato perdido por inflamación o tabaquismo.
Estudios recientes han encontrado que:
Incluso se está utilizando para mejorar la respuesta a vacunas, incluyendo las de covid-19. “Los mocos son el futuro de la medicina personalizada. Lo creo firmemente”, concluye Mulligan.
La ciencia está demostrando que, lejos de ser un simple residuo corporal, la mucosidad nasal es un biomarcador de salud con un enorme potencial para detectar enfermedades, mejorar tratamientos y reforzar el sistema inmune.
En un futuro no muy lejano, tu médico podría hacerte un análisis de mocos antes que una radiografía. Y tú podrías fortalecer tu sistema inmune desde la nariz.
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