¿Caña de azúcar: motor económico o “desastre ecológico”? El debate que divide al Valle del Cauca
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Visitar sitioEl futuro de la caña de azúcar en Colombia divide a expertos: ¿industria vital o amenaza ambiental?
La controversia entre la ministra (e) de Ambiente, Irene Vélez, y la presidenta de la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia (Asocaña), Claudia Calero, ha puesto sobre la mesa un debate central para el futuro agroambiental del país. Mientras Vélez calificó la expansión del cultivo de caña de azúcar en el Valle del Cauca y regiones vecinas como un “desastre ecológico y social” por sus supuestos efectos negativos sobre suelos, fuentes hídricas y comunidades locales, Calero defendió el sector enfatizando sus avances en reducción del uso de agua y energía, respaldando sus declaraciones con cifras y el historial de adopción de tecnologías limpias [90 Minutos].
Según datos ofrecidos por Asocaña, el sector ha implementado riego tecnificado para ahorrar un 50% del agua y rebajado en un 30% el consumo energético en las fábricas, además de prescindir del uso de glifosato, un agroquímico cuestionado por sus riesgos ambientales. Calero subrayó que la caña ocupa solo el 4% de la tierra cultivable en los departamentos donde predomina, utilizando racionalmente apenas el 23% del agua recargada anualmente en los acuíferos principales. Estas cifras buscan contrarrestar argumentos de que la agroindustria azucarera es la causante principal de degradación ambiental en la región [90 Minutos].
No obstante, informes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) han advertido que el cultivo de caña, particularmente bajo modelos agrícolas convencionales, puede estar asociado a la deforestación, erosión y contaminación de cuerpos de agua. Aunque la modernización y adopción de técnicas más sostenibles han logrado ciertas mejoras, subsisten retos en términos de impacto ambiental acumulado [IDEAM 2024]. Este escenario se complejiza aún más considerando las tensiones sociales asociadas, como desplazamientos y transformaciones en el uso del suelo, factores que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) recomienda abordar mediante innovaciones agroecológicas y mayor participación comunitaria [ONU PNUD 2023].
En paralelo, el sector de la caña desempeña un papel esencial en la economía regional, proporcionando empleo y contribuyendo significativamente al PIB del Valle del Cauca, además de ser fundamental para industrias como la bioenergía basada en el bagazo de caña [Asocaña, Informe 2025]. Así, las tensiones entre productividad y preservación ambiental atraviesan las actuales políticas públicas promovidas por el Ministerio de Ambiente, que persiguen una economía baja en carbono sin sacrificar la salud de los ecosistemas locales [MinAmbiente Colombia, Plan Nacional de Desarrollo 2024-2028].
El panorama se vuelve aún más complejo dado que la caña de azúcar figura entre las materias primas clave para la producción de energía renovable, según un reporte de Semana (2025), lo que exige un delicado equilibrio entre el desarrollo de biocombustibles y la conservación de la biodiversidad regional. Voces expertas recogidas por El Espectador insisten en que la sostenibilidad agrícola debe pasar por la diversificación de cultivos, el monitoreo ambiental y la adopción de técnicas de precisión que reduzcan los impactos negativos [El Espectador, Entrevista 2025].
En definitiva, la confrontación entre Vélez y Calero ilustra un dilema estructural del desarrollo rural colombiano: la necesidad urgente de lograr un punto de encuentro entre competitividad agroindustrial y sostenibilidad ambiental, sustentado en evidencia, diálogo y enfoques multidisciplinarios [90 Minutos; IDEAM; ONU PNUD; MinAmbiente Colombia; El Espectador; Revista Semana].
¿Qué impacto social ha tenido la expansión de la caña de azúcar en las comunidades rurales del Valle del Cauca? La discusión sobre la siembra de caña en esta región trasciende lo ambiental. Informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han señalado que dicha expansión puede implicar transformaciones en el uso del suelo y desplazamientos que afectan a las comunidades rurales. Estos cambios han propiciado debates locales sobre la soberanía alimentaria, el acceso al agua y la participación en la toma de decisiones respecto al territorio, consolidando la importancia de modelos que prioricen la inclusión comunitaria y la equidad social. De allí la relevancia de enfoques agroecológicos que promuevan una coexistencia justa entre agroindustria y comunidades.
¿Por qué es relevante la agricultura de precisión para el cultivo de caña de azúcar? La agricultura de precisión, definida como el uso de tecnologías que optimizan el uso de insumos y recursos, es destacada por especialistas citados por El Espectador como una herramienta clave para reducir los impactos ambientales negativos del cultivo de caña. Esta técnica permite evaluar en detalle las condiciones de suelo, agua y clima en parcelas agrícolas, facilitando mejores decisiones en cuanto al manejo sostenible, la protección de la biodiversidad y la eficiencia productiva. El avance hacia una agricultura de precisión representa un paso fundamental para armonizar productividad y sostenibilidad en el sector azucarero colombiano.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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