Por ausencia del Estado, a punta de empanadas y rifas, comunidad compró cámaras de seguridad

La unión hace la fuerza. Eso lo tienen muy claro en la vereda La Aurora, de Manizales, y así lo han demostrado este año. Primero se juntaron para tapar los huecos de la vía de descenso y ascenso, y ahora trabajan por la seguridad.

¿El motivo? La única cámara de seguridad que instaló la Alcaldía allí está dañada. ¿Qué hicieron? En equipo, ante el olvido estatal, se dedicaron a vender empanadas, rifar pollos y un marrano, pedir de puerta en puerta, con ayuda de Carabineros y de la Policía Metropolitana, que también comercializó boletas.

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Francisco Fernán González Loaiza, edil y presidente de la Junta de Acción Comunal, tiene la historia muy clara. Ya perdió la cuenta de los derechos de petición enviados a la Alcaldía, unos sin respuestas, pero con la claridad de que no hay soluciones.

“Desde hace tres años sufrimos de robos en las casas y atracos en la vía. A principio de año intentaron subir a una joven, a las malas, a un carro. Tomó más fuerza la idea de contar con nuestras propias cámaras de seguridad, pues la Alcaldía no hacía nada, solo decía que estaba en el inventario. Montamos seis. Una en La Dicha, donde hay tres entradas para la vereda, ahí ocurrió lo de la niña”, relató.

Los dispositivos costaron $ 3.800.000, pero deben $ 1.800.000. El domingo rifaron un pollo y recaudaron $ 400 mil. Seguirán con las ventas de empanadas y arroz con leche. Creen injusto tener esa deuda, pero saben que es por el bien general. Todo cuenta con una veeduría y la iniciativa beneficia a los dos Argelias, parte de Morrogacho y La Aurora. La idea es conseguir más cámaras.

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“Este es un ejemplo de que también podemos trabajar solos cuando una Alcaldía no ayuda, ni se compromete. La vereda está segura un 98 %”, concluyó González Loaiza.

Harán debate

El presidente del Concejo de Manizales, Hernando Marín García, cuestionó el hecho de que la única cámara del municipio ubicada en esta área de la zona rural no funcione, pese a ser reportada de manera insistente y sin soluciones.

Se comprometió a un nuevo debate para conocer si se han cumplido los compromisos anteriores para el arreglo de estas herramientas.

En la reciente sesión, en diciembre, se indicó que de las 467 instaladas en la ciudad, 72 permanecían dañadas. La secretaria de Gobierno, Diana Constanza Mejía, le dijo al Concejo que 30 serían reemplazadas por nuevas. De las 42 restantes se elevó reclamación a Uner-Tigo, pues aún tienen garantía. La Administración agregó ese día que dispuso recursos para comprar unas 70 nuevas.