El cine que reconstruye memoria: así impulsa el Festival por los Derechos Humanos la reconciliación en Colombia
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Visitar sitioEl Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos transforma la visión del conflicto en Colombia.
El Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos, que llegará a su duodécima edición en 2025, se ha posicionado como un espacio imprescindible en Colombia para reflexionar sobre la memoria, la paz y la reconciliación, articulando estos conceptos a través del arte audiovisual. Su propósito fundamental, respaldado por expertos en cine documental y derechos humanos, consiste en visibilizar las voces y experiencias de personas afectadas directamente por la violencia en el país, tanto víctimas como defensores, generando un relato colectivo que permite dimensionar el conflicto y sus efectos. Así, el festival no solo fomenta el reconocimiento, sino que contribuye activamente a la construcción de una memoria histórica colectiva que puede impulsar la transformación social.
El inicio de la edición de este año tuvo lugar el 31 de agosto con el estreno de "Horizonte", la segunda película dirigida por el colombiano César Augusto Acevedo, quien ya se destacaba en la industria. La proyección se realizó en un Teatro Colón totalmente ocupado, demostrando el fuerte interés y respaldo social hacia esta iniciativa y poniendo en evidencia la creciente conciencia respecto a los derechos humanos en el país. Posteriormente, entre el 2 y el 9 de septiembre, la programación del festival se desplegó en una gira nacional por ocho ciudades principales del país, como Barranquilla, Quibdó y Cali, y se extendió a cerca de 30 municipios adicionales. En total, las películas se proyectaron en 115 escenarios, entre bibliotecas, teatros, universidades y parques, señalando el esfuerzo del evento por llegar a comunidades apartadas.
Uno de los mayores logros de esta descentralización ha sido ofrecer acceso gratuito a una selección de películas, muchas de las cuales no encuentran espacio en circuitos comerciales habituales. El acceso, facilitado por la articulación con alcaldías, universidades y entidades culturales, no solo democratiza el cine, sino que fomenta una inclusión real de públicos tradicionalmente marginados. De acuerdo con el Instituto Distrital de las Artes de Bogotá (Idartes), estas acciones promueven el diálogo social y convierten al festival en una plataforma donde el arte se vuelve un agente de cambio, sensibilizando a la sociedad y fortaleciendo la memoria colectiva.
Este festival, según el Centro Latinoamericano de Derechos Humanos, comparte características con otras iniciativas de América Latina en las que el cine se usa como herramienta simbólica de reparación y activismo social. Proporcionar espacios públicos y académicos para la difusión de estas narrativas permite desmantelar prejuicios, humanizar a las víctimas y generar nuevas formas de comprensión sobre el pasado reciente. Al hacerlo, se alimenta la construcción de memorias plurales y se fortalece el tejido cultural y social del país.
En conclusión, el Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos representa mucho más que una cita cultural itinerante: es un elemento esencial para la reparación y la reconciliación en Colombia. Su apuesta por la gratuidad, la descentralización y la integración de comunidades subraya su relevancia en la transformación social, convirtiendo cada edición en un punto de encuentro entre el arte, la memoria y la defensa de los derechos fundamentales.
¿Cómo se seleccionan las películas que participan en el Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos?El proceso de selección de películas para el festival es fundamental, ya que define los temas y perspectivas que llegarán a los diversos públicos del país. Generalmente, estas obras son escogidas por su enfoque en derechos humanos, su capacidad de generar diálogo social y su calidad artística. Dicha curaduría refleja la intención de presentar historias significativas y relevantes sobre la memoria, la lucha y la justicia en Colombia y el mundo, permitiendo que las audiencias encuentren una representación auténtica y plural de las realidades que aborda el festival.
La selección busca también resaltar producciones nacionales e internacionales inéditas o poco difundidas, que aporten nuevos enfoques sobre la defensa de los derechos humanos. Esto garantiza que cada edición se renueve y mantenga su compromiso tanto con los espectadores como con los creadores audiovisuales que trabajan en la construcción de relatos de verdad y reconciliación.
¿Por qué el acceso gratuito es clave para el impacto social del festival?La gratuidad en el acceso a las funciones del festival es uno de los pilares que permiten impactar de forma real en la sociedad, ya que elimina barreras económicas y fomenta la asistencia de públicos tradicionalmente excluidos de la oferta cultural. Especialmente en regiones y municipios sin infraestructura cinematográfica, abrir gratuitamente estos espacios facilita la participación de comunidades enteras y promueve el diálogo en torno a los derechos humanos.
Al trabajar conjuntamente con universidades, alcaldías y entidades culturales, el festival logra que su mensaje llegue más lejos y que la memoria histórica sea compartida y debatida colectivamente. Este enfoque inclusivo potencia el valor reparador y transformador del cine, permitiendo que la cultura se convierta en un derecho accesible para toda la ciudadanía.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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