Dos negocios grandes en Colombia tendrán cambios importantes: hay alianzas de por medio

La startup colombiana Simetrik, fundada por Alejandro Casas y Santiago Gómez, ha recibido una ampliación de inversión de USD 30 millones por parte de Goldman Sachs Alternatives, elevando su ronda Serie B a USD 85 millones y el total levantado a más de USD 110 millones, detalla Forbes.

En solo dos años, la empresa pasó de tener aspiraciones globales a consolidarse en más de 40 países, con más de 100 clientes de alto perfil, incluidos unicornios en América, Europa y Asia.

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Su éxito se basa en una solución tecnológica para la conciliación de cuentas empresariales, esencial para compañías con grandes volúmenes de transacciones y complejidad financiera. Esta herramienta evita pérdidas millonarias y permite a las empresas cumplir con regulaciones y auditorías.

Entre sus clientes en Colombia están Bancolombia, Davivienda, Rappi y Redeban, y en el exterior colaboran con importantes fintechs y neobancos. Simetrik procesa más de 1.000 millones de transacciones al día y creció un 105% en ingresos el último año. Con esta nueva inversión, continuará su expansión en mercados como EE.UU. y Brasil, y ya está contratando talento internacional para fortalecer su presencia global.

En paralelo, el bufete colombiano Gómez-Pinzón anunció su integración con la firma española Pérez-Llorca, marcando la primera fusión jurídica y económica total entre un despacho colombiano líder y una firma iberoamericana.

Pérez-Llorca entrará al mercado colombiano con 120 abogados en Bogotá y Medellín, con el objetivo de liderar operaciones legales complejas y atraer inversión internacional.

Esta integración refuerza la presencia regional de Pérez-Llorca, que ya cuenta con oficinas en 11 ciudades clave como Nueva York, Londres y Singapur. Ambas firmas comparten una visión centrada en el talento, la movilidad profesional y el compromiso social, buscando consolidar una plataforma legal referente en Iberoamérica.

Por qué alianzas entre negocios son claves en Colombia

Las alianzas entre negocios son acuerdos estratégicos en los que dos o más empresas colaboran con el objetivo de generar beneficios mutuos. Estas colaboraciones pueden adoptar diversas formas, como asociaciones comerciales, convenios de distribución, proyectos conjuntos (joint ventures), alianzas tecnológicas o acuerdos de cooperación para compartir recursos o conocimientos. La esencia de una alianza radica en la sinergia: al unir fuerzas, las empresas pueden alcanzar metas que serían más difíciles o costosas de lograr por separado. Las alianzas permiten, por ejemplo, ingresar a nuevos mercados, reducir riesgos, mejorar la competitividad o acelerar procesos de innovación.

A diferencia de las fusiones o adquisiciones, las alianzas no implican la pérdida de autonomía de las empresas participantes, sino una relación basada en objetivos comunes y confianza mutua.

En el contexto colombiano, las alianzas empresariales son especialmente relevantes debido a las características particulares del entorno económico y social del país. Colombia es una economía emergente que enfrenta retos como la desigualdad regional, la informalidad laboral, la dependencia de ciertos sectores económicos y la competencia global. En este escenario, las alianzas permiten que pequeñas y medianas empresas —que constituyen la mayoría del tejido empresarial del país— accedan a oportunidades que de otro modo estarían fuera de su alcance.

Por ejemplo, una pyme colombiana puede aliarse con una empresa extranjera para mejorar su tecnología o ampliar su mercado a nivel internacional. De igual manera, una alianza entre productores locales puede aumentar su poder de negociación, reducir costos logísticos o mejorar la calidad de sus productos mediante el intercambio de buenas prácticas.

Además, las alianzas en Colombia son clave para afrontar desafíos estructurales como la falta de infraestructura, las brechas de innovación o la necesidad de inclusión social. Cuando empresas del sector privado se alían con universidades, entidades públicas o asociaciones comunitarias, se generan ecosistemas colaborativos que fomentan el desarrollo sostenible y el fortalecimiento del capital humano.

En sectores estratégicos como la agroindustria, la tecnología o el turismo, estas alianzas han demostrado ser instrumentos eficaces para dinamizar la economía y generar empleo. En resumen, en un país como Colombia, donde el crecimiento económico necesita ir de la mano con la equidad y la sostenibilidad, las alianzas empresariales no solo son un mecanismo útil, sino una herramienta esencial para construir un desarrollo más competitivo, colaborativo e inclusivo.