En este caso, el remedio de Samsung ha sido peor que la enfermedad.

El aeroplano afectado fue el Boeing 737 de la aerolínea Southwest, que entre otras cosas, fue obligado a cancelar la operación de despegue debido al incendió provocado por el smarthphone.

El propietario del terminal, Brian Geen, afirmó a la gente de The Verge, que en el momento del accidente el ícono de la batería se encontraba en verde con un 80% de carga.

Además, agregó que cuando la tripulación dio las indicaciones correspondientes, este desconectó el celular y lo guardó en su bolsillo, enseguida se fijó que de su pantalón salía humo gris verdoso, entonces decidió tirar el celular al piso y tiempo después este ya había quemado la alfombra del suelo del avión y la capa inmediatamente inferior, asegura The verge.

Por el momento, el Samsung Galaxy Note 7 se encuentra en el departamento de bomberos de Louisville para su respectiva investigación. Mientras, la compañía rinde declaración acerca de lo sucedido, ya que supuestamente los reemplazos del terminal serían 100% seguros.

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