No solo las amenazas y los crímenes, sino la impunidad y la inacción del Estado respecto de las acciones violentas de organizaciones que se oponen a los acuerdos, ponen en grave peligro su implementación, según el extenso artículo que le dedica el diario estadounidense The Washington Post a analizar los riesgos y los restos que afronta en 2017 la paz en Colombia.

Para el influyente medio,

los asesinatos son criptonita para el frágil acuerdo de paz”.

Agrega que en su núcleo, el acuerdo de paz con las Farc es un mandato al gobierno para quebrar la cultura de violencia política en que se ha debatido Colombia a lo largo de su historia política y para instalar el estado de derecho en las áreas rurales tradicionalmente dominadas por carteles de las drogas, organizaciones paramilitares y guerrillas.

Para el Washington Post, estos crímenes abren agujeros a las promesas del gobierno de la madurez política que ha logrado el país para superar el conflicto.

El medio hace eco de las preocupaciones entre los miembros de las Farc que se alistan para desmovilizarse en los próximos días y recuerda el exterminio de la UInión Patriótica en un intento anterior por lograr la paz con la guerrilla.

Para el Washington Post es importante que para las bases de la guerrilla se mantenga el clima de confianza en el acuerdo, para que se mantengan en su decisón de dejar las armas y no volver a sus territorios a continuar con su accionar.

Dice el medio que si bien el gobierno reconoce las dificultades, considera que la violencia no alcanza los niveles de los años 80.

 

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