Escrito por:  Redacción Nación
Nov 1, 2023 - 10:29 am

Ateniéndose a la línea cronológica en que se presentaron los hechos, el primer responsable de la tragedia humanitaria que hoy viven los palestinos en la Franja de Gaza por la, para muchos, desproporcionada arremetida militar de Israel es el grupo islamista Hamás, que mató el 7 de octubre a unos 1.400 israelíes en sus hogares y secuestró a unas 240 personas, incluidos niños, mujeres y ancianos.

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Ese detalle, que parece una simple cuestión de calendario, está en el centro de la férrea defensa diplomática de Israel y de su discusión con otros países como Colombia que centran sus críticas al gobierno de Benjamín Netanyahu por la dura respuesta militar que viene dando, pero no dicen nada de la brutal agresión de Hamás. Sobre eso han guardado silencio.

El mutismo sobre ese hecho, como el que viene guardando el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que no se pronunció sobre el asesinato de dos jóvenes colombianos a manos de los milicianos de Hamás en la fiesta por donde comenzaron su ataque, ha resultado elocuente y diametralmente opuesto a las manifestaciones de otros países occidentales como Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Gustavo Petro, en cambio, ha usado X (antes Twitter) para descalificar a Israel y para mostrar, rayando con el amarillismo, videos de las víctimas que viene dejando la avanzada militar de Israel en la Franja de Gaza. En su cuenta de esa red social son frecuentes las imágenes dantescas, principalmente de niños muertos o desmembrados por los bombardeos de Israel. Es la forma del presidente colombiano de exponer la situación.

Para Petro, así como para otros jefes de Estado y muchas personas en el mundo, este nuevo doloroso episodio del viejo conflicto palestino-israelí solo comenzó el domingo 8 de octubre. Como si de la noche a la mañana, sin razón aparente y sin previo aviso, Israel hubiera decido atacar en la Franja de Gaza, dejando ahora la estela de horror, muerte y dolor por la que el mundo hace un desesperado llamado a que los israelíes detengan su ofensiva.

Ese silencio sobre el ataque de Hamás el sábado 7 de octubre vuelve a quedar en evidencia en los comunicados en los que los gobiernos de Bolivia, Chile y Colombia anunciaron este martes medidas diplomáticas frente a Israel: Bolivia rompió relaciones, mientras que Chile y Colombia llamaron a consultas a sus embajadores. Los tres gobiernos invocan, eso sí, el respeto al derecho internacional en general y al Derecho Internacional Humanitario (DIH) en particular, que debería considerar Israel.

Bolivia exige el cese de los ataques en la Franja de Gaza, que han provocado, hasta ahora, miles de víctimas fatales civiles y el desplazamiento forzado de palestinos; así como el cese al bloqueo que impide la entrada de alimentos, agua y otros elementos esenciales para la vida, violando el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario en el tratamiento de la población civil en conflictos armados”, manifestó la canciller interina de Bolivia, María Nela Prada.

El gobierno de ese país también menciona una serie de categorías humanitarias que no le reclama a Hamás: “Consecuente con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, los derechos a la vida, la libertad, la paz, el rechazo a todo tipo de tratos crueles, inhumanos o degradantes, […] y en el marco de su posición principista de respeto a la vida, estamos remitiendo una comunicación oficial al Estado de Israel, en la cual se hace conocer la decisión del Estado Plurinacional de Bolivia de romper relaciones diplomáticas con ese país”.

La decisión del gobierno de Bolivia de cortar los lazos diplomáticos con Israel “es una capitulación frente al terrorismo y al régimen de los ayatolás de Irán”, afirmó este miércoles el portavoz del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Lior Haiat. “El gobierno boliviano se alinea con la organización terrorista Hamás, que masacró a más de 1.400 israelíes y secuestró a 240 personas, entre ellas niños, mujeres, bebés y ancianos”, agregó.

Chile no tomó una decisión tan radical, pero llamó a consultas a su embajador, Jorge Carvajal, “ante las inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido Israel en la franja de Gaza”. También dijo que “condena enérgicamente y observa con gran preocupación” que las operaciones militares de Israel “comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza” y no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional, como lo demuestran las más de ocho mil víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños”. En sus cuentas, sin embargo, no están los 1.400 asesinatos de israelíes a manos de Hamás.

En las cuentas del Gobierno de Colombia tampoco están las víctimas israelíes, entre las que también hubo muchos menores de edad, y solo expresa su “más enérgico rechazo por las acciones de las fuerzas de seguridad israelíes en Gaza en áreas densamente pobladas por civiles, lo que ha resultado en un saldo de más de 8000 víctimas, entre ellos cientos de niños y niñas”. Con base en eso, llamó a su embajadora en Tel Aviv, Margarita Manjarrez.

“El Gobierno de Colombia reitera la urgencia de un cese al fuego y la obligación que tienen las fuerzas de seguridad de Israel de observar el Derecho Internacional Humanitario (DIH)”, agrega el comunicado de la Cancillería colombiana, y reclama de manera tangencial, una vez más, sin mencionar a Hamás, que “todas las partes están llamadas a respetar el Derecho Internacional y el DIH”.

La diplomacia internacional ha dado ejemplo de equilibrio. Por ejemplo, el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, pintó de manera dramática lo que ocurre en Gaza: “Mujeres, niños y hombres mueren de hambre, traumatizados y asesinados en los bombardeos. Han perdido toda fe en la humanidad y toda esperanza en el futuro”. Pero también condenó los “brutales” ataques de Hamás del 7 de octubre.

“Mientras tanto, el mundo parece incapaz o incluso poco dispuesto a actuar. Esto no puede continuar”, añadió, pidiendo “pausas humanitarias” en los combates para permitir la entrada de más ayuda humanitaria y que Hamás libere a los rehenes.

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