Desde hace 5 años, Nelsa Cañón Rivera adecuó el Coso Municipal de Susa, un antiguo matadero abandonado que era utilizado para arrojar escombros, basura y chatarra, y lo convirtió en un refugio para estos animales.

En septiembre de 2016 un funcionario de la Alcaldía Municipal le pidió, según cuenta el diario La Villa, cuidar de una perra labradora y 7 de sus cachorros abandonados. Deseando cambiar la calidad de vida de estos animales modificó su estilo de vida para buscarles “un hogar definitivo donde les den amor”.

Empezó a adecuar el antiguo matadero Coso Municipal de Susa, Cundinamarca, y al pasar los primeros 15 días empezó la gente a traer más perros y este lugar se convirtió en una perrera a la que Nelsa le invirtió su tiempo y dinero.

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Es así como cambió su rutina; desde que inició este trabajo, voluntariamente se despierta a las 4:00 de la mañana para alimentarlos, limpiar el lugar e ir a cumplir sus funciones como docente. A las 3 de la tarde vuelve al refugio para acompañarlos y volver a darles de comer.

Además de dedicarles gran parte de su día, invierte la mitad de su sueldo en concentrado, medicamentos y en esterilizarlos. Hasta el momento son más de 60 cachorros y adultos los que están bajo su cuidado.

“Se me va un bulto de comida diario, y es que el Ringo (una de las marcas de comida para perro más económica) quedó a $86 mil pesos, cuando antes se conseguía en $76 mil. Entonces sí, yo invierto harto”, explicó al diario La Villa.

Anteriormente el refugio contaba con aproximadamente 100 perros, pero gracias a las jornadas de adopción se han logrado entregar a varios de ellos a familias de diferentes ciudades.