Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Laura Murillo   Oct 7, 2023 - 7:44 am
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Sentada en un rincón de su cama, Luisa Fernanda Villegas encontró en el arte del tejido un camino para armarse de paciencia y afrontar uno de los retos más difíciles de su vida. Mientras sostiene una aguja y un hilo morado, que poco a poco va tomando forma, esta nadadora paisa –quien hasta hace pocos meses era una deportista de alto rendimiento en disciplinas como el waterpolo y el rugby subacuático– explica que mantener su mente en paz y aprender a vivir un día a la vez han sido la clave para sobreponerse a un accidente que en abril pasado le cambió la vida.

El desastre ocurrió en cuestión de segundos. Durante un viaje familiar, mientras se desplazaba en un carro por una vía hacia el municipio de Necoclí, una de las llantas traseras explotó y perdió el control. Pese a no recordar nada, lo único que sabe es que en medio del caos el vehículo impactó con fuerza contra un costado de la vía.

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“El auto iba muy acelerado y, no sé si fue que se salió una llanta o se explotó, porque yo no recuerdo el accidente en sí. Lo que me contaron fue que se explotó la llanta de atrás y como íbamos rápido se desestabilizó y se fue hacia un costado. Todos llevábamos cinturón de seguridad, porque mi mamá era súper insistente con eso. Mi mamá falleció en el accidente, el resto salió lesionado, pero con heridas leves. Yo fui la que quedó con secuela más graves, la paraplejia”, narra Villegas.

Según explica la deportista, a raíz de la fuerza del impacto, varias de sus vértebras se movieron y sus órganos también sufrieron daños, quedando al menos dos meses hospitalizada y llegando a estar internada en una Unidad de Cuidados Intensivos.

A mi familia le decían cada tres o cuatro días ‘despídanse de ella, que de esta no pasa esta vez’. La última vez estuve 15 días en UCI, que estuve súper mal”, añade, agregando, sin embargo, que logró sobreponerse a sus heridas y ser dada de alta por encima de los pronósticos más adversos.

Haciendo a un lado la aguja y el hilo, Luisa Fernanda advierte que el proceso de recuperación en el que se embarcó durante los últimos meses la ha obligado a llevar su vida a un ritmo más lento. Tomando en sus manos una tableta en la que empieza a deslizar cientos de fotos de sus viajes y gestas deportivas, explica que desde que tiene memoria el deporte ha sido su norte.

“Yo he sido nadadora toda la vida, instructora de natación y salvavidas”, cuenta, narrando que aún siendo muy pequeña, con apenas seis años, aprendió de su madre la pasión por el agua.

Desde niña, recuerda, entrenar se volvió parte esencial de su vida y tras terminar el bachillerato decidió consagrarse al deporte, no solo practicando el waterpolo y el rugby subacuático, sino convirtiéndose en instructora de natación y salvavidas.

Gracias a esa pasión, como jugadora de waterpolo se consagró campeona de los juegos departamentales, nacionales interclubes y hasta se midió con los mejores nadadores del continente en la copa Suterh, en Argentina.

Su pasión por el salvamento acuático la llevó a conocer países como Chile, en donde también se midió en competencias de rugby subacuático y trabajó como salvavidas.

Tras ser dada de alta del hospital, Luisa Fernanda señala que gracias al aplomo y persistencia que le enseñó el deporte comenzó a afrontar su proceso de recuperación.

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Aunque inicialmente los médicos le dieron los pronósticos más oscuros, poniendo en duda incluso la posibilidad de valerse por sí misma, Villegas advierte que no se resignó y empezó a trabajar por cuenta propia en su recuperación.

Luego de semanas de arduos trabajos, en los que el apoyo de su familia y amigos han sido claves, tareas cómo vestirse, recuperar poco a poco la movilidad en su cadera y hasta regresar al agua, en la que ya se mueve sin ayuda en su flotador, han sido logros que cada día le han abierto un camino de mayores posibilidades en su proceso de recuperación.

Pese a que su EPS del régimen subsidiado solo le ofrece dos terapias semanales, de una duración de media hora aproximadamente, la nadadora cuenta que decidió no resignarse y empezar a ejercitarse por cuenta propia con más frecuencia.

Asimismo, en medio de esa recuperación, junto a su familia empezó a buscar alternativas por cuenta propia. En medio de esa búsqueda, encontró un centro de rehabilitación integral en Bogotá operado por un equipo interdisciplinario especializado en hacer más eficientes las terapias.

Sin embargo, advierte la deportista, en cifras redondas los costos del lugar pueden superar los $12 millones mensuales, una cifra que, de lejos, sobrepasa sus posibilidades y que no es cubierta por la EPS.

A pesar de que el monto ahora parece exorbitante, ya que en un proceso terapéutico de un año el tratamiento superará los cientos de millones, Luisa Fernanda no se resigna y abrió una Vaki con la esperanza de reunir el dinero suficiente para ser valorada y empezar su recuperación, a la que ya han aportado sus familiares y amigos.

Aunque el camino de la recuperación aún se proyecta largo, la deportista no teme soñar en ir recuperando su fuerza paulatinamente y hasta, en un futuro, volverse atleta paralímpica.

“Como yo he sido deportista a veces intento acelerar el proceso más de la cuenta”, confiesa, “me frustra mucho que me cuiden, que me ayuden, entonces toca armarse de paciencia”, añade Villegas, quien, pese a los pronósticos que muchos le han puesto encima, está determinada a no dar su brazo a torcer. 

Así puede apoyar a Luisa Fernanda

Para reunir el dinero y pagar su terapia, Luisa Fernanda Villegas decidió compartir su historia y abrir una Vaki a la que cualquier persona puede aportar desde $3.000. La meta son $160 millones, que equivale al costo mensual de una terapia de por lo menos un año en el Centro de Rehabilitación Integral Mobility Group en Bogotá, uno de los más avanzados del país. Desde que abrió la colecta, 165 personas se han sumado y ha logrado reunir un 12% de lo necesario. Si usted quiere apoyar a la deportista en su recuperación puede ingresar al sitio web https://vaki.co/es/vaki/v9aTbXfKblCoaXBvgi76

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