Por eso, pese a que su hija pasó por una salvajada a manos de hombres que no contentos con robarla, abusaron de ella y su amiga (de 17 años), Montoya agradeció, en Semana, que estuviera viva, pues ya sabe lo que es que se muera una hija.

Y es que la madre le contó a la revista que la guerrilla le “mató una hija de 14 años en el Caquetá”, departamento donde estudiaron las dos jovencitas víctimas de abuso sexual.

La madre agregó en el medio que a su hija fallecida no la “reconocieron como víctima”.

“Gracias a Dios está viva, porque ya pasé por un caso horrible. La guerrilla me mató una hija de 14 años en el Caquetá y esta es la hora que no me la reconocieron como víctima ni nada”, expresó.

Por otra parte, la señora relató cómo se enteró de que su hija había sido víctima de abuso sexual.

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Ahora, la madre exige justicia para que este caso no quede impune, como según ella, quedó el de su hija asesinada en el conflicto armado.