Guillén, en la misma publicación, comenta que el primer punto débil del relato de Francisco Uribe Noguera se evidencia en esta frase:

[Rafael] me dijo que no sabía por qué recogió la niña y que la niña se bajó en la 65 con Circunvalar”

Al respecto, dice el periodista, si es cierto que Francisco Uribe Noguera estuvo siempre en contacto con las autoridades, lo primero que debió hacer fue decirles a los investigadores que buscaran a Yuliana en el sitio donde, supuestamente, la dejó su hermano.

“¿Por qué no lo hizo? Pues porque su hermano, opino yo, nunca le dijo eso. Es una mentira insostenible que deja coja su coartada”, comenta Guillén.

Lo segundo, según el periodista, tiene que ver con el hecho de que hubieran preferido llevar a Rafael Uribe Noguera a la clínica Monserrat, en lugar de haberle informado al Gaula sobre la desaparición de la niña.

Francisco Uribe dice que en esas circunstancias ningún ser humano actúa siguiendo una lógica racional. Sin embargo, Guillén comenta que el hermano del confeso asesino, en cambio, “sí tuvo racionalidad suficiente” para llamar a un abogado amigo, a quien le preguntó si podía llevar a Rafael a una clínica.

“Es absurdo suponer que solamente ese día se le ocurrió que su hermano debía comenzar inmediatamente un tratamiento psiquiátrico contra su viejo, peligroso y reconocido vicio de consumir alcohol y drogas y del cual la familia tenía pleno conocimiento desde hacía décadas”, añade el periodista.

Además, según la entrevista de Semana,Francisco le contó al abogado que la niña estaba desaparecida antes de que su hermano le confesara que la había matado.

“[El abogado] me dijo que no tocara nada y que la situación de Rafael era grave porque él tendría que responder por lo que le pasara a la niña después de haberse bajado del carro”, dijo el hermano del confeso asesino.

Sobre esa frase, y con el supuesto de que sea cierto que en ese momento ni Francisco ni el abogado sabían que la niña estaba muerta, Guillén comenta:

Un buen abogado de inmediato le habría ordenado a Francisco que se comunicara con las autoridades y que él mismo, en compañía de su hermano, emprendieran la búsqueda de la niña, que para ese entonces tenía que haber sido la prioridad absoluta de todos”.

Por esa razón, Guillén cree que, antes de que decidieran llevar a Rafael a la clínica, tanto Francisco como su hermana, Catalina, ya sabían que la niña estaba muerta.

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