Escrito por:  Redacción Nación
Feb 13, 2024 - 8:28 am

La libertad. Eso, ni más ni menos, es lo que se pone en juego cuando se rompe el equilibrio que debe existir entre las tres ramas del poder público: la Ejecutiva (el Gobierno), la Legislativa (el Congreso) y la Judicial (las altas cortes, la Fiscalía, los magistrados y jueces de la República). Y eso es lo que dos autoproclamados defensores de la libertad y la democracia, el presiente Gustavo Petro y el exfiscal Francisco Barbosa, han sometido a riesgo con sus disputas.

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La Constitución Política de Colombia, en su artículo 113, establece que esas tres ramas del poder público y otros órganos autónomos e independientes son fundamentales para el cumplimiento de las demás funciones del Estado. Y advierte que “los diferentes órganos del Estado tienen funciones separadas, pero colaboran armónicamente para la realización de sus fines”.

Esa arquitectura institucional que establece la Constitución se ha visto amenazada en los últimos días con las actuaciones de Petro y de Barbosa. El presidente motivó manifestaciones contra la Corte Suprema de Justicia (así se empeñe en negarlo, sus mismos trinos son tozudos) para presionar el nombramiento del remplazo de Barbosa. Y el ya exfiscal, en el último año y medio, se dedicó a hablar no con resultados, como rezó el lema de su administración, sino con ataques al Gobierno de Petro.

El viernes pasado, durante una reunión con los gobernadores del país, el presidente Petro, pese a lo que vio todo el país, negó que a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se les hubiera impedido salir del Palacio de Justicia, y que como no hubo heridos el hecho no se podía calificar como grave. “No hubo violencia en el país, ningún herido, como solía suceder, y no son ciertas las noticias acerca de secuestros de magistrados o violencia sobre ellos. Nunca hubo restricción a la libre movilidad de magistrados”, dijo.

Pero, poco después, la Corte Suprema de Justicia desmintió a Petro y le exigió “brindar las garantías necesarias para que el ejercicio de las competencias” de ese tribunal y los demás jueces colombianos “se puedan desarrollar sin presiones, hostigamiento o amenazas”. Ahora, es el presidente de la Corte Constitucional, magistrado José Fernando Reyes, el que llama la atención al presidente y advierte sobre el riesgo de irrespetar la separación de poderes.

Presidente de Corte Constitucional dice a Petro que hay que decir la verdad

“Que no haya una gota de sangre o que no haya un magistrado asesinado no significa que no haya pasado nada, y que eso simplemente haya sido un hecho anodino, insustancial, pasajero, en todo caso banal”, como lo presentó el presidente Petro, dijo Reyes en Caracol Radio.

Sobre la manera como valoró Petro lo ocurrido en el Palacio de Justicia, Reyes dijo: “Los actores públicos, cuando discurrimos en nuestro accionar diario, tenemos una obligación, y es decir la verdad. […] La verdad hace parte de la columna vertebral de la existencia misma del Estado constitucional. El decir con verdad, una verdad que a veces puede ser poliédrica, de varias caras, es complejo, pero ciertamente la búsqueda por decir la verdad, el lenguaje para construir la verdad, es un imperativo. Luego los actores públicos no podemos decir cosas contrarias a la verdad de manera deliberada”.

El presidente de la Corte Constitucional retomó en la entrevista las palabras de Petro para negarlas: “Nos dicen: ‘Los magistrados podían entrar y salir a placer’. No. Eso no es cierto, porque los que vimos todas las transmisiones que se pasaron en los telediarios y en general por los medios de comunicación, vimos cosas muy distintas”.

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“El hecho no es apenas una anécdota, sino que, de verdad, el que una gente enardecida quería prorrumpir dentro del Palacio de Justicia, para la democracia, para la independencia de los jueces, para la justicia toda, es una cosa muy grave. No creo que el mensaje de que no pasó nada sea un buen mensaje”, precisó Reyes en la emisora.

Al referirse en el mismo medio al caso puntual de la intentona de toma que se presentó en el Palacio de Justicia el jueves pasado después que de los magistrados de la Corte Suprema no eligieran nuevo fiscal general, Reyes advirtió que “procurar tirar al piso las vallas [de protección del Palacio de Justicia] de manera agresiva y violenta es un hecho desdeñable porque, cuando cae la primera valla, el resto de las cosas ya nos las sabemos”.

En relación con los encontronazos entre Petro y Francisco Barbosa, el magistrado agregó en la misma frecuencia radial que “estos debates hacen mediocre el discurso público. Algunos discursos entre el señor fiscal y el señor presidente ‘mediocrizan’ la democracia, porque hay ciertas formas de tratarse y ciertas formas de referirse a los asuntos públicos que exigirían mejores razones, mejores argumentos y quizá a veces mejores escenarios que los micrófonos y los tuits”.

Para el magistrado, “cuando todas estas cosas suceden y se pasan ciertas líneas, se corre el riesgo de verdad de quebrarle las espinas [el espinazo] a algo que mantiene la democracia viva, que es la independencia de los jueces”. Y explicó en esa emisora que “la democracia está sostenida en los hombros de la independencia del juez. El juez carga a cuestas con eso y si la independencia del juez se resquebraja, se afecta, se le procura limitar, quebrar, entonces al final está en riesgo, está en peligro. Y de ahí a que una sociedad periclite [decaiga, decline, esté en peligro] hay muy poco pasos”.

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