El populismo en Estados Unidos le abrió la puerta a una bestia

María Jimena Duzán se detiene en su columna de Semana en el parecido que existe, según ella, entre Donald Trump y Álvaro Uribe. Dos personajes que convirtieron sus discursos en poderosas armas de intrusión política, pero sobre todo en hacer que el odio y el nacionalismo se transformaran en “el motor que arrastra a los electores y el poder de Twitter se convierte en el centro donde se activan y se desactivan las decisiones”.

Pero sobre ese parecido, dice la periodista, se puede destacar lo siguiente:

La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos trae consigo la aterradora certeza de que el mundo va a cambiar para lo peor. Prueba de ello es lo familiar que nos resulta a los colombianos el ascenso de un populista como Donald Trump: su demoledora forma de utilizar Twitter, su discurso contra el establecimiento tradicional, su doble moral, su nacionalismo altisonante, su ausencia de doctrina y sus peleas con la prensa son para los colombianos un déjà vu”.

 

Los posibles desenlaces a la encrucijada de Trump presidente

Para el analista León Valencia el nuevo presidente de Estados Unidos podría no terminar su mandato. En su columna de Semana, Valencia advierte que el populista empresario no le teme al fracaso y así cueste una fortuna está dispuesto a cumplir con sus promesas de gobierno, así termine crispando el ambiente internacional o desatando una tormenta interna sobre él.

Pero el proyecto es tan ambicioso que suena descabellado. Desafiar a China, acercarse a Putin y Rusia, modificar lo que ha sido la política frente a Europa desde los tiempos de la Guerra Fría, retraer a Estados Unidos del ambicioso libre comercio en curso, cerrar las puertas a los musulmanes, poner un infamante freno a la migración latinoamericana, exaltar el racismo, las desigualdades de género y la utilización de la violencia, en un mundo multipolar, renuente a confrontaciones globales, sacudido por el terrorismo islámico, parece una locura”.

Donald Trump podría no terminar su mandato

Para el columnista de El Tiempo, Mauricio Vargas, al nuevo presidente de los Estadios Unidos lo esperan verdaderas dificultades, en todos los frentes, que han instalado en el ambiente la sensación de que “el presidente recién posesionado puede no terminar el período de cuatro años para el que fue elegido”.

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Y esto se debe a que ya suma demasiados enemigos y contradictores, incluso entre su mismo partido, que le harán difícil su camino al frente del gobierno de la nación más poderosa del mundo.

Desde conflictos de intereses, pasando por amistades con gobiernos hostiles tanto para EE.UU como para socios estratégicos en el resto del mundo, y sus acusaciones de “mujeriego y acosador sexual”.

Trump tiene además muchos frentes abiertos: maltrata a los periodistas, irrespeta a las minorías y tiene casada una pelea con la poderosa comunidad de inteligencia (CIA y agencias militares de espionaje)”.

La relación entre Colombia y Estados Unidos pasará por un examen de confianza

Así lo cree la periodista María Isabel Reda en su columna de El Tiempo. Y la razón es que a esta altura, el “cuento” de que Colombia es el mejor socio estratégico de Estados Unidos en esta parte de la región tendrá que ser revaluado. No existe razón para estar “tranquilos”, dice, porque “podría suceder que nuestras relaciones con EE. UU. pasen a un estatus de indiferencia tóxica, con todo lo que ello pueda significar. Distancia, sí, pero ellos metidos en todo. Y nosotros… ¡Ay, presidente Trump, no nos meta mal en su sueño americano!”.

Sea como se presenten los hechos, el país tampoco tiene cómo responder al gobierno de Trump. El país no se imagina lo que se avecina, porque todo es incertidumbre. Entre tanto su discurso de posesión aún resuena en todos los rincones:

‘América, primero; América, primero’ es el grito de guerra de Trump. Y en su discurso de posesión ha advertido que lo hará valer en todos los temas: comercio, impuestos, inmigración, política externa, “para traer de regreso nuestros sueños”.

Trump, es el Calígula del siglo 21

El escritor Héctor Abab Faciolince nota el gran parecido que hay entre el emperador romano y el nuevo presidente de los Estados Unidos, afiró en su columna de El Espectador.

Los historiadores describen a Calígula, el emperador romano, como cruel, narcisista, extravagante y perverso en su vida sexual. Le gustaba hacerse pasar por un semidiós y erigió templos en su nombre donde debía ser venerado (el templo contemporáneo son los rascacielos, ¿les suena la Torre Trump?). Se dice que Calígula, para manifestar su desprecio por los funcionarios romanos (la vieja casta política) nombró cónsul a Incitatus (Impetuoso), su caballo. Trump no ha nombrado caballos de ministros, tan solo millonarios blancos, uno de los cuales (nada menos que el ministro del tesoro) ocultó que tenía 100 millones de dólares más de los que había declarado al Congreso”, comentó en su columna de El Espectador.

Por todo eso y más, la victoria política de Trump es “el síntoma más claro y lamentable de la decadencia de Occidente”.

¿Son los periodistas “gozques que le ladran a cualquier carro”?

La observación la hace el exministro de Hacienda y columnista de El Tiempo, Rudolf Hommes, que no deja de señalar la falta de rigor periodístico y búsqueda de la información veraz y contrastada por parte de los medios de comunicación, especialmente de la radio que repiten lo que personajes como Trump y Uribe dicen en sus cuentas sociales.

La crisis de legitimidad de los medios empezó,dice, con el auge del internet y las redes sociales.

Cada vez es más difícil juzgar la calidad del mensaje o la idoneidad de la fuente. La opinión de alguien que sabe compite con el chisme y la maledicencia. Hay información, pero no control de calidad ni forma de validación”.

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