Ese es apenas uno de los giros que el presidente Juan Manuel Santos espera introducir en el país, aprovechando el marco que supone el periodo de posconflicto que traerá cambios sociales y ambientales importantes para las regiones, explicó a El País de Cali.

Santos dijo que el Gobierno está dispuesto a “considerar de manera prioritaria las políticas de salud pública, antes que las estrategias policiales y militares”, para atender los efectos que deja el consumo de sustancias.

“La solución no es la cárcel, es trabajar en la prevención del consumo y la adicción y en la rehabilitación de los adictos para minimizar el daño”, resaltó el mandatario.

Pero ese cambio no será fácil de asimilar aunque espera copiar el ejemplo de Uruguay que implementó un esquema de mercado regulado.

Mencionó que la comunidad internacional también debe hacer un aporte coherente porque no se entiende cómo “se puede aplicar un criterio en suelo propio y exigir uno más riguroso para los demás”, señaló al diario caleño.

Sin embargo, Santos dijo que se mantiene firme en la lucha contra los “eslabones fuertes de la cadena del narcotráfico, como las mafias, los que venden las armas y los insumos químicos, los lavadores de activos”, explicó a El País.

Estas declaraciones parecen estar de acuerdo con los argumentos de la Comisión Global sobre Drogas, al decir que los gobiernos siguen evitando hablar de regulación de estupefacientes, señaló a EFE Richard Branson, integrante de dicha comisión, en un artículo divulgado por el Clarín de Argentina. 

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