“Empezaron desprestigiando el periodismo y ahora quieren ejercerlo para implantar su narrativa sin cuestionamiento”, descalifica Zuluaga en una columna que publica El Nuevo Siglo, y recuerda que, de tiempo atrás, “los políticos han hecho ver a la prensa como su mayor enemigo”, y que “encontraron en el ataque a los medios una estrategia rentable”.

De su trayectoria, se puede inferir que Camila Zuluaga tiene elementos para hacer su crítica, pues estudió Ciencia Política y ha sido periodista de W Radio, Red + Noticias, Blu Radio y hoy presenta la sección del ‘Código Caracol’ de Noticias Caracol.

Lee También

Para ella, los políticos que ahora hacen ‘periodismo’ son de todos los pelambres. Por ejemplo, de los uribistas dice que primero han sido “incesantes en diseminar la idea de que en Colombia los periodistas son ‘enmermelados’”, pero después “crearon portales de internet emulando a los medios para generar su contra-narrativa […]”; y de los pestristas asegura que ejercen “linchamientos cuando algún medio se atreve a cuestionarlos”.

Zuluaga califica de “preocupante” el hecho de que, según ella, “después de años de haber visto un ataque sin cuartel a la prensa”, ahora los políticos “quieren suplantarla”. Afirma, además, que “no ha sido suficiente con el ataque”, sino que ahora “decidieron que es más fácil hacer una pantomima de periodistas y así abolirlos del todo”.

El primero que tiene en su lista para tachar es el presidente Iván Duque, por el programa de televisión ‘Prevención y acción’ que el mandatario orienta todos los días a las seis de la tarde desde cuando el país comenzó a enfrentar la crisis por la pandemia del coronavirus.

“Con sus ministros maquillados y muy arreglados, al mejor estilo del chavismo, entregan cifras sin que medie crítica o análisis de alguien externo”, recrimina la periodista, y al segundo que tacha es al senador Roy Barreras, a quien le pone el rótulo de “entrevistador digital” de figuras de la política nacional. Y sigue: “Gustavo Petro y Gustavo Bolívar crearon una sección con sus nombres en un portal afín a sus intereses y otros tantos políticos que están en los medios esperando a volver al ruedo”.

Advierte que no se trata de que la libertad de expresión sea un derecho exclusivo de los periodistas y acepta que no todos los periodistas han “cumplido su función a carta cabal sin intereses políticos detrás”, pero alerta que la tendencia de políticos ‘periodistas’ “es mucho más peligrosa de lo que imaginamos” porque en el mundo que viene después de la pandemia del coronavirus, “en donde el Estado necesariamente alargará sus tentáculos”, es necesario tener “una prensa robusta para hacerle escrutinio al poder. Escrutinio que, por supuesto, siempre es más cómodo para los políticos no tener”.