Los anfitriones empataban 1-1 en el minuto 88 cuando Dimitri Payet sacó un truco del sombrero. Se apresuró ante la marca de tres rivales y con su pierna menos hábil remato al arco. O mejor, le envió un pase al ángulo.

Ese golazo del delantero pagó la boleta de los más de 80 mil espectadores que asistieron al Stade de France, escenario elegido para dar el punta pie inicial a la versión 2016 del torneo continental.

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Un minuto después de marcar el gol el entrenador Didier Deschamps decidió sustituirlo y la emoción lo agobió hasta las lágrimas. Entre aplausos y euforia, el héroe francés dejó el terreno.

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