Los propietarios del club, David Sullivan y David Gold, que estaban ubicados en los palcos del estadio Olímpico de Londres, tuvieron que abandonar sus asientos por seguridad luego de que los cánticos de la afición exigieran la dimisión de la junta directiva.

El artículo continúa abajo

El cuerpo de seguridad logró sacar a los invasores, que se metieron al campo luego de que el Burnley marcara el 2 – 0, y se se reanudó el juego.

El equipo visitante metió un tercer gol al minuto 88 y sentenció al West Ham a la posición 16 de la Premier League.