Uno de esos recuerdos corresponde a la mañana del domingo 3 de julio de 2016, cuando el entonces Senador de la República conducía a su padre, de 79 años, a un quirófano de la Clínica El Rosario de Medellín, para una última intervención que diera alivio a una prolongada y penosa enfermedad.
Fue en ese momento cuando Iván Duque preguntó a su padre:
“Papá, usted por qué decidió hacerse esto? ¿Cuál es la necesidad de esta operación?”, narró a Jaime Bayly.
“Mijo, para ganarme unos añitos y verlo triunfar”, fueron las últimas palabras que Duque escuchó y que lo conmovieron tanto que hoy lo cuenta no como una anécdota, sino como un acto de fe de su padre hacia el hoy Presidente electo.
El exministro y exgobernador de Antioquia Iván Duque Escobar agonizó durante 3 meses tiempo en que tuvieron revivirlo igual número de veces hasta el punto de que los médicos preguntaron a la familia Duque si estaba dispuesta a firmar una autorización para no someterlo otra vez a técnicas de reanimación.
“Lo pensé tanto, hasta que finalmente dije No”, dijo Duque a la emisora al recordar que antes del desenlace fatal de los últimos días de su padre lo pudieron aprovechar con su familia y que no se “hubiera sentido bien como ser humano si esas dos semanas”, dijo a RCN Radio.
“Él tenía una frase: “no se sienta más que nadie, pero tampoco menor que nadie” y sus enseñanzas me marcaron”, apuntó Iván Duque a la emisora y repitió durante la entrevista que concedió a Jaime Bayly en la Florida, Estados Unidos.
Vea la revelación de Duque a partir del minuto 9: