Monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal, explicó en rueda de prensa que se escogieron esas ciudades porque los expertos tuvieron en cuenta factores como el clima y los trayectos de los aviones. Debían ser “ciudades grandes donde la gente tenga acceso”, agregó.

También dijo que habían sido consideradas Tunja, como centro de todo el campesinado boyacense, de Cundinamarca y de los Lllanos; y Florencia, por ser entrada a la Amazonia.

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La visita del pontífice será entre el 6 y el 10 de septiembre, precisó monseñor Ettore Balestrero. “El Papa quiere venir al encuentro de los colombianos. Viene por quienes están en las ciudades y por los que viven en el campo y tienen una cultura y unas necesidades diferentes; por los ricos y por los pobres; por los jóvenes y por los ancianos”, agregó.

Destacó, así mismo, que la visita del Papa tendrá como destino único nuestro país y que esto no es habitual. Es decir que no irá a ningún otro país de la región en ese viaje.

“Es importante subrayar que el viaje tendrá como único destino a Colombia y durará 4 días enteros: un período muy consistente, si lo comparamos con la duración ordinaria de los viajes pontificios. Es raro que el Papa visite solo un país y que incluso se detenga allí 4 días. Esto manifiesta la importancia que Francisco le atribuye a este Viaje y, en el fondo, a Colombia”, dijo Ballestrero.

Subrayó que la visita de Francisco se produce acogiendo la invitación de los obispos del país y del Gobierno nacional. Informó que la preparación, por parte de la Iglesia, estará a cargo de monseñor Fabio Suescún Mutis, quien fue uno de los organizadores de la visita de San Juan Pablo II en 1986.

Ballestrero aclaró que la visita es de orden espiritual por lo tanto invita a todos los colombianos a que nos preparemos para recibir al Vicario de Cristo en nuestro país.

La imagen alusiva a la visita tiene como fondo los colores del Vaticano –amarillo y blanco-, y en ella el papa camina para dar el paso.

Eso, según explicó monseñor Fabio Suescún Mutis, obispo castrense y responsable del Comité de la preparación para la visita del papa, es una invitación a “comenzar a construir y soñar. Porque todo cambio comienza con la conversión del corazón, todo cambio necesita un momento para volver a encontrarnos y es un momento en nuestra historia para descubrirnos como país, que se refleja en la figura precolombina colombiana.

Explicó que con la imagen de esta visita la Iglesia propone a los colombianos ser misioneros de la reconciliación. “La visita del Papa Francisco es un momento de gracia y alegría para soñar con la posibilidad de transformar nuestro país y dar el primer paso. El Santo Padre es un misionero para la reconciliación. Su presencia nos ayudará a descubrir que sí es posible volver a unirnos como nación para así aprender a mirarnos de nuevo con ojos de esperanza y misericordia”, dijo.

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