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La moneda del país fue catalogada como la tercera más fuerte de América y la sexta entre los mercados emergentes con mejor compontamiento frente al dólar.
El peso colombiano se ubicó como una de las monedas más sólidas de América Latina durante el primer semestre de 2025, según el más reciente informe de Bloomberg. De acuerdo con la compañía financiera estadounidense, la moneda nacional logró una valorización del 6,38 %, ubicándose como la tercera más fuerte de la región. Solo fue superada por el peso chileno, que subió un 8,27 %, y el real brasileño, que se fortaleció un 6,79 %, de acuerdo con el análisis citado por Cambio.
Bloomberg también ubicó al peso colombiano en el sexto lugar entre las monedas de mercados emergentes que mejor comportamiento han tenido frente al dólar en lo que va del año. En esa lista global, el rublo ruso lidera con una apreciación del 28 %, motivada principalmente por factores geopolíticos ligados al segundo mandato de Donald Trump. Cambio resalta que, a diferencia de otras economías, Colombia ha logrado mantener una relativa estabilidad pese a los desafíos fiscales internos.
Según Bloomberg, una de las razones clave para el buen momento del peso colombiano ha sido la política monetaria del Banco de la República. Cambio destaca que el incremento de las tasas de interés y el manejo cauteloso de la inflación han contribuido a la confianza de los inversionistas. Alejandro Espitia, docente de Desarrollo y Macroeconomía en la Universidad Javeriana, aseguró a Cambio que estas decisiones han sido determinantes para atraer inversión extranjera y fortalecer la moneda.
(Vea también: Euro se disparó en Colombia y ya roza los 5.000 pesos: explican qué pasa con los mercados)
El partido donde el peso colombiano es más valioso para este año es en Venezuela. La economía del vecino país se encuentra en una gran crisis de hiperinflación, lo que ha debilitado el bolívar. Al compartir una extensa frontera, en las zonas cercanas se comercia con la moneda colombiana.
No obstante, esto no arregla el problema de fondo que tiene Venezuela. La situación económica tiene en serios aprietos a sectores como el comercio y el turismo.
Argentina es otro país que enfrenta una dura situación, no al nivel de Venezuela, pero sí con una fuerte devaluación en su moneda. Durante el primer trimestre del país, el peso argentino se devaluó aún más, cayendo un 3 % y continuando con la tendencia a la caída.
Viajar a Venezuela en medio de la hiperinflación puede ser una experiencia económica favorable para los turistas extranjeros, especialmente aquellos con dólares o euros. Gracias a la devaluación del bolívar, muchos productos y servicios —como transporte, hospedaje y alimentación— pueden resultar considerablemente más baratos en comparación con otros destinos de la región. Además, los pagos en divisas extranjeras son aceptados en gran parte del país, lo que facilita el manejo financiero para los visitantes.
Sin embargo, la hiperinflación también conlleva riesgos y desafíos. Uno de los principales es la inestabilidad de precios: los costos pueden cambiar de un día para otro, incluso en servicios básicos. A esto se suma la escasez de productos, problemas de infraestructura, cortes de electricidad y dificultades para acceder a servicios médicos o bancarios. Además, el turista debe tener precaución con la seguridad personal y planear muy bien su viaje para evitar complicaciones logísticas.
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