Tos, fiebre y fatiga: los síntomas que creyó normales y terminaron en cáncer testicular
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Hoy, con 51 años, recuerda con claridad ese extraño diagnóstico que no solo puso en riesgo su vida, sino que también desafió todo lo que creía posible.
A los 21 años, cuando cursaba su último año en la universidad, Anthony Bianco jamás imaginó que una simple tos se convertiría en el inicio de una de las etapas más difíciles y desconcertantes de su vida. Hoy, con 51 años, recuerda con claridad ese extraño diagnóstico que no solo puso en riesgo su vida, sino que también desafió todo lo que creía posible en medicina.
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Todo comenzó con una tos leve y fiebre recurrente. Como suele pasar con muchos jóvenes, no le prestó demasiada atención. Pensó que era producto del estrés académico o una gripe persistente. “Estaba perdiendo la cabeza con todo lo de la universidad. Tenía una tos constante, pero nada grave. Se me pasaba y volvía. Nunca fumé, así que no entendía por qué se parecía tanto a una tos de fumador”, contó en entrevista con el medio británico Mirror.
A medida que los síntomas empeoraban, Bianco decidió acudir al médico. Una radiografía reveló una gran mancha en su pecho. En un principio, los médicos pensaron que se trataba de un linfoma, un tipo de cáncer que afecta el sistema linfático. Para confirmar el diagnóstico, le extirparon un ganglio linfático del cuello, pero el resultado fue negativo.
La sorpresa fue mayor cuando los exámenes posteriores indicaron que no se trataba de un linfoma, sino de un tumor germinal de células no seminomatosas localizado en el mediastino, una zona situada entre los pulmones. Este tipo de tumor, conocido como PMNSGCT por sus siglas en inglés, es muy poco común y normalmente se desarrolla en los testículos o los ovarios, no en el pecho.
Pero la rareza del caso no terminó ahí. Los análisis de sangre de Anthony arrojaban un resultado más inesperado aún: positivo en una prueba de embarazo. El motivo, explicó él mismo, es que este tipo de tumores germinales liberan proteínas similares a las que se producen durante el embarazo, como la gonadotropina coriónica humana (hCG). “Mi examen de sangre indicaba que tenía un embarazo de dos semanas. Fue muy confuso al principio”, recuerda.
La noticia del diagnóstico fue un duro golpe. “Entré en pánico. Pensé que el cáncer se había diseminado por todo mi cuerpo y que no iba a sobrevivir. Pero después de varios escáneres y análisis, descubrieron que el tumor estaba localizado solamente en la zona del pecho”, comentó. Sin embargo, eso no significaba que fuera menos peligroso. El tumor había crecido alrededor de órganos vitales como el corazón y los pulmones, afectando incluso el flujo sanguíneo.
Anthony fue sometido a quimioterapia intensiva. Afortunadamente, su cuerpo respondió positivamente al tratamiento. El tumor se redujo considerablemente, al punto de que los médicos ya no podían determinar con certeza si seguía activo o si había desaparecido por completo. Después de varios meses de seguimiento constante, fue declarado “libre de cáncer” a finales de 1995.
Para el año 2000, Anthony cumplió cinco años sin recaídas, lo que, en términos médicos, se considera un éxito completo del tratamiento. Hoy, a sus 51 años, es padre de dos hijos y lleva una vida normal, aunque no olvida el temor que sintió en su juventud sobre la posibilidad de que el tratamiento afectara su fertilidad. “Me preocupaba no poder tener hijos, pero por fortuna, todo salió bien”, afirmó.
Su historia, además de sorprendente por lo inusual del diagnóstico, es también una llamada de atención sobre la importancia de escuchar al cuerpo y no subestimar los síntomas persistentes, por simples que parezcan. Anthony Bianco es hoy un testimonio vivo de que incluso los casos más inusuales pueden superarse con diagnóstico temprano, apoyo médico y una buena dosis de resiliencia.
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