Reforma a la salud tiene camino lleno de obstáculos en el Congreso ¿se caerá?

Con un ministro caído, preacuerdos y reuniones con partidos políticos de última hora, y otro proyecto radicado en el Congreso por Cambio Radical, la reforma a la salud de Gustavo Petro –al menos la agresiva que se presentó hace dos semanas– ya no será la que avale el Congreso.

Y si bien no se le pueden poner santos oleos, sí es claro que el Gobierno tuvo que ceder y aceptar cambios de fondo para sacarla adelante y contrarrestar las críticas, incluidas las internas del gabinete.

Con la salida de Alejandro Gaviria, Petro respaldó a la ministra Carolina Corcho y parte de la reforma que radicó. Pero, al tiempo, envió un mensaje de necesidad de apoyos en el Congreso, en donde está la llave para aprobarla. Y allí tres partidos claves en la aprobación tienen reparos que conllevan cambios profundos que son los que modificarían la presentada el 13 de febrero.

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Los números son claros. Los ocho indecisos en Comisión Séptima de la Cámara podrían inclinar la balanza en contra de la reforma: son cuatro del Partido Liberal, dos del Partido de la U y dos del Partido Conservador (colectividad que anunció su rechazo a la estatización del sistema de salud y pidió claridad sobre el impacto fiscal).

Si seis de ellos votan en contra –sumados a los cuatro contradictores fijos del Centro Democrático y Cambio Radical– sumarían 10 votos que la hundirían frente a los 9 que la apoyan (cuatro del Pacto Histórico, dos de las curules de paz, dos de la Alianza Verde y uno de Comunes).

Por ello, el Gobierno y su coalición tienen que buscar aliados. Ante esto, el representante Germán Rozo le dijo a EL COLOMBIANO que los puntos en los que tendría que ceder el Gobierno son “las funciones de las EPS y el financiamiento de la reforma, pues serán temas que se tendrán que mover para darle tranquilidad a los actores del sistema y a los partidos políticos”.

Y otro congresista advirtió que la reunión con los directores de partidos del lunes en Palacio no se traduce en que todos van a obedecer votando, como quieren el Presidente y la Ministra, pues no tienen la misma injerencia en el Congreso que en el gabinete para quitar y poner personas.

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¿Qué dice la academia?

El investigador en salud global, Johnattan García, opinó que las líneas más flexibles del Gobierno deberían estar en “reducir el número de consejos territoriales, el periodo de transición en el cambio de modelo y el plan de la Nueva EPS para abordar ese cambio estructural que se daría”.

No obstante, augura una “discusión muy profunda en cuanto al futuro de las EPS (línea roja del Gobierno), ya que es posible que los partidos tradicionales pujen por mantener las aseguradoras más grandes y con mejores resultados”.

A su vez, el economista y experto en salud, Paúl Rodríguez, expuso que esos puntos negociables deben ser que en “las zonas urbanas se mantenga la lógica de las EPS que están allí y sostener las que funcionan bien; así como la territorialización de los prestadores para que cubran determinadas zonas”. Y advirtió que el tiempo de transición tiene que ser concertado, porque no alcanzaría a darse en este Gobierno.

Voceros de la reforma tienen fe

Este diario habló con Ana María Soleibe, vocera de la reforma del Gobierno, quien expresó que confían en que el tránsito del articulado sea positivo, aunque le bajó la caña a las críticas de varios partidos señalando que “no han hecho sugerencias de mejora, sino que se han centrado en la intermediación para el manejo del dinero público”.

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Sin embargo, con los de Cambio Radical y el Centro Democrático son dos los proyectos de contrarreforma que cursan en la Cámara con propuestas alternas a las del Gobierno.

Sin ir más lejos, el Gobierno enfrenta una disyuntiva: cede en aspectos que generan resistencia en los partidos tradicionales que lo apoyan para sacarla adelante con cambios, aunque eso implique perder parte de sus pretensiones; o no da su brazo a torcer y ‘muere’ en su ley, exponiéndose a una dura derrota política. Como lo dijo el investigador García, “es más fácil para los partidos recoger apoyos para que no se eliminen las EPS, que para el Gobierno recoger para que se eliminen”.