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Ángela María Buitrago dio a conocer el nombre del funcionario que le pidieron despedir, al parecer, como represalia contra un congresista del partido Liberal.
De acuerdo con declaraciones entregadas por Ángela María Buitrago, exministra de Justicia de Colombia, su salida del cargo fue motivada por presiones políticas relacionadas con decisiones de personal dentro del ministerio.
(Vea también: “Reforma disfrazada”: radican demanda contra decreto de Petro por golpe a empresarios)
Uno de los episodios más significativos ocurrió cuando el entonces ministro del Interior, Armando Benedetti, y la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Angie Rodríguez, le solicitaron que pidiera la renuncia del director de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec), Ludwing Joel Valero, según indicó la exfuncionaria en entrevista con Blu Radio.
Buitrago relató que Angie Rodríguez, que se convirtió en la mano derecha de Gustavo Petro, la contactó directamente para pedirle que exigiera la renuncia de Valero. No obstante, la exministra expresó su negativa, al considerar que Valero era un funcionario competente y destacado en el ejercicio de sus funciones.
Poco después, Armando Benedetti la llamó para reiterar la solicitud, argumentando que Valero era cercano al senador Miguel Ángel Pinto, señalado como uno de los responsables del hundimiento de la reforma laboral en el Senado. Para Buitrago, esta insistencia fue una represalia política, ajena al desempeño del funcionario.
“Me parecía injusto que le pidieran la renuncia [a Valero] como retaliación por el actuar de un tercero”, comentó Buitrago.
Además, aclaró que no tenía la facultad para firmar la renuncia de Valero, ya que dicha decisión correspondía directamente al presidente Gustavo Petro. Aun así, la presión para cumplir con la solicitud persistió por motivos de índole política.
La exministra también reveló que estas no fueron situaciones aisladas. Desde marzo, se evidenciaron interferencias constantes en el funcionamiento interno del Ministerio de Justicia, incluyendo:
Presiones sobre nombramientos en cargos clave.
Remociones unilaterales, como la de su delegado, ejecutada mientras se encontraba en Washington.
Intentos de designar funcionarios que, según Buitrago, no cumplían con los requisitos técnicos ni el perfil adecuado para ejercer las funciones asignadas.
Buitrago subrayó que ella nunca aceptó la renuncia de Valero y que dicha decisión habría sido finalmente tomada por la directora del Dapre. En su opinión, esto demostró una falta de respeto por la independencia institucional del ministerio.
Respecto a su relación con el presidente Gustavo Petro, Buitrago afirmó que no hay resentimientos personales, pero que su salida obedeció a inconformidades con la forma en que se estaban tomando las decisiones dentro del Gobierno.
Recalcó que su renuncia irrevocable fue presentada el 14 de mayo, antes del anuncio público del presidente sobre su salida del gabinete. Enfatizó que su retiro no tuvo motivaciones personales, sino que fue consecuencia de su decisión de no ceder espacios de independencia ni comprometer el profesionalismo dentro de la cartera que lideraba.
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