Un poco más de $ 2 millones costó atentado y 6 vidas de policías en Barraquilla

La cifra exacta fue 2’077.000 pesos y estaba anotada en una agenda en la que el Cristian Camilo Bellón, acusado del ataque terrorista y estudiante de Filosofía de la Universidad Pedagógica de Bogotá, llevaba una contabilidad sencilla.

Las cifras, conocidas por Semana, correspondían a los gastos que había tenido el estudiante, desde 15 días antes cuando llegó a la capital del Atlántico a armar su plan terrorífico y hasta el día del atentado (27 de enero), donde murieron 6 policías -el último fallecido fue Willy Savier Rhenals Martínez, este domingo- y 41 quedaron heridos.

En esa libreta de cuentas, además, estipuló la compra de un “radio nuevo 350.000. 2 pollos, 6 cervezas 50.000 (pesos)”, cita el medio.

También apuntó todas sus actividades durante ese tiempo. Hizo los mapas del lugar donde formaban a las 6:30 a.m. los 54 policías —un parque contiguo a la estación San José, donde fueron enterrados los 4 kilos de explosivo camuflados en maletas de policías—, como informó en su momento Blu Radio.

Sin embargo, la revista reveló que Bellón tomó varias fotos del lugar, desde diferentes ángulos y con su celular. Todas esas pruebas le fueron encontradas durante su captura, ese mismo día cuando los testigos los señalaron de detonar los artefactos.

¿Estudiantes del terrorismo?

Pese a que el Eln se atribuyó este acto terrorista, Semana conoció que el nombre de Bellón apareció involucrado en los allanamientos y capturas de 13 estudiantes y una profesora de universidades públicas, procesadas por su responsabilidad en las explosiones panfletarias, durante el 2015, en sedes de Porvenir.

Aunque Bellón no fue detenido en ese entonces por falta de pruebas, ahora las autoridades tratan de establecer su vínculo con la “célula criminal” Unión Camilista Revolucionaria Llamarada-Mentes Libertarias, que podría estar “detrás del ataque de Barranquilla”, añade la revista.

Este último grupo criminal delinque de una forma similar al mal recordado Movimiento Revolucionarios del Pueblo (MRP), que atentó contra el centro comercial Andino, en Bogotá. Según el medio, funcionan bajo triadas para evitar ser descubiertos; es decir,

“Se trata de células conformadas por pocas personas que incluso no se conocen entre sí. Una proyecta el plan, otra opera como contacto y la tercera ejecuta el acto”, afirma.

El Eln estaría coordinando las “células terroristas” para “trasladar el conflicto militar a los escenarios urbanos” (ciudades) bajo el Frente de Guerra Urbano Nacional, de acuerdo con el medio, lo que implica un gran reto que es desarticular estas estructuras criminales.