"Fría y sanguinaria": revelación de 'Gabriela' expuso todo sobre ataque a Miguel Uribe

Alias ‘Gabriela’, la joven de 19 años identificada como Katerine Andrea Martínez, no solo participó en la logística del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, sino que entregó a las autoridades una confesión que estremece por su tono calculador y su falta de remordimiento. Así lo revela un interrogatorio en poder de la Fiscalía, y divulgado por Semana, en el que la capturada da detalles crudos del plan criminal y del papel que jugó cada uno de los involucrados.

La mujer fue detenida el pasado 14 de junio en Florencia, Caquetá, cuando intentaba ocultarse tras haberse cortado y tinturado el cabello para despistar a las autoridades. Su captura se dio 8 días después del atentado ocurrido el 7 de junio en el parque El Golfito, en Modelia, occidente de Bogotá, donde un menor de edad disparó contra el congresista. En el operativo criminal también participaron otros actores, como alias ‘el Costeño’, identificado, hasta el momento, como el presunto cabecilla del plan.

Durante el interrogatorio revelado por Semana, alias ‘Gabriela’ relató sin titubeos que fue contactada con el propósito de transportar el arma y coordinar el momento del ataque. Dijo que recibiría un pago de 10 millones de pesos si Miguel Uribe moría, o 600.000 pesos si el intento fallaba. Su tono, más allá del contenido, fue lo que más impactó a los investigadores: ninguna muestra de culpa, nerviosismo o arrepentimiento. La joven respondió con serenidad, e incluso con cierta arrogancia, ante la posibilidad de enfrentar hasta 29 años de prisión.

El artículo de la revista la descrito su comportamiento como “frío y sanguinario”. De hecho, en audiencia, cuando la jueza le explicó la gravedad de los delitos imputados, Katerine Andrea soltó una carcajada. La Fiscalía la acusa de tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y uso de menores en la comisión de delitos. Aunque ella niega haber disparado o manipulado el arma, los videos de seguridad y los testimonios la ubican en el sitio de los hechos, descendiendo de un vehículo con la pistola que terminó en manos del sicario.

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Su declaración también reveló que alias ‘el Costeño’ le ordenó que escapara hacia Florencia y que allí tendría protección de la guerrilla. Le ofrecieron cursos de drones y de francotirador como parte de su posible integración a esa estructura ilegal. Ella contó que quería huir a Ecuador, pero su interlocutor rechazó la idea, insistiendo en que la mejor opción era internarse en el monte.

Alias ‘Gabriela’ afirmó que fue usada como “pantalla” y que participó bajo amenazas, pero las pruebas indican una participación activa y consciente. Además del dinero incautado en su poder —más de un millón de pesos en efectivo—, los investigadores descubrieron conexiones con plataformas digitales en las que la joven decía trabajar como modelo, lo que ahora se investiga como posible fachada para actividades delictivas.

Con su confesión, se refuerzan las hipótesis de la Fiscalía sobre la existencia de una estructura criminal bien organizada detrás del atentado. Mientras alias ‘el Costeño’ continúa prófugo, se intensifican las labores de inteligencia para ubicar a otros responsables del ataque, que por poco termina en tragedia.

Este caso ha despertado una fuerte reacción política y ciudadana, no solo por la gravedad del hecho en sí, sino por la manera en que jóvenes como alias ‘Gabriela’ están siendo reclutados o integrados a estructuras criminales que operan con total descaro en zonas urbanas.

El proceso judicial continúa y las autoridades trabajan para esclarecer todos los eslabones del atentado contra Miguel Uribe Turbay. La confesión de Gabriela, aunque impactante, apenas es una pieza de un rompecabezas criminal que podría tener muchas más ramificaciones.