El giro inesperado de David Murcia Guzmán: ahora predicaría dentro de la cárcel La Picota

En los pabellones de alta seguridad de La Picota, en Bogotá, uno de los internos más recordados por su papel en un escándalo financiero ha comenzado a destacarse por un comportamiento completamente distinto al que lo llevó a prisión. Según informó Semana, David Murcia Guzmán, cerebro detrás del esquema ilegal de DMG, ahora se dedica a compartir mensajes bíblicos y hablar de espiritualidad con otros reclusos.

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Su transformación habría comenzado durante su reclusión en la cárcel La Tramacúa, en Valledupar, un penal conocido por su ambiente extremo y por albergar a algunos de los delincuentes más peligrosos del país. En ese entorno, varios internos han adoptado prácticas religiosas como parte de una aparente búsqueda de redención personal. Un patrón que se repite en las cárceles de alta seguridad

Según el medio citado, Murcia no es el único en buscar refugio en la espiritualidad. Otros internos famosos, como Luis Alfredo Garavito, también adoptaron roles similares antes de fallecer. Garavito, quien fue considerado uno de los violadores en serie más peligrosos del país, llegó a ser pastor dentro del penal. Jesús Amado Sarria, exoficial de Policía y esposo de Elizabeth Montoya, conocida como la Monita Retrechera, también ha seguido un camino cristiano, según el mismo medio.

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La Tramacúa fue inaugurada en abril del 2000 y construida para descongestionar otros penales. Tiene capacidad para unos 1.600 internos y es conocida por albergar a reclusos con delitos de alto impacto como homicidio, narcotráfico y abuso sexual.

En cuanto a Murcia Guzmán, su empresa DMG captó ilegalmente más de 2.000 millones de dólares entre 2007 y 2008, afectando a más de 400.000 personas. Tras su captura en Panamá en 2008, fue deportado a Colombia y posteriormente extraditado a Estados Unidos. En 2009 fue condenado a más de 30 años de prisión, aunque en 2016 esa pena fue reducida a casi 23 años.