"Ramírez nos mira a todos con arrogancia desde un pedestal de la moral que no tiene"

Con la afirmación, la columnista María Jimena Duzán cuestionó la forma en que Marta Lucía Ramírez manejó la delicada revelación que involucra a su familia.

Para la periodista, es preocupante que la vicepresidenta de la República “hizo todo lo posible por enterrar la historia y cuando 23 años después se conoce, en lugar de frentear al toro, sale con la perorata de que se trata de una estrategia sistemática para desacreditarla a ella y a su familia”.

Duzán destaca que la respuesta de Ramírez se haya enfocado en convencer a los ciudadanos que “semejante delito solo fue un traspié” pese a que la investigación habla de que su hermano Bernando lideró “una organización criminal que reclutaba mulas colombianas para introducir heroína en los Estados Unidos”.

Puso de ejemplo el caso del general retirado de la Policía Óscar Naranjo, que cuando supo que su hermano fue detenido por narcotráfico en Alemania inmediatamente le contó al país, pero la vicepresidenta, en cambio lo escondió por más de 20 años y utilizó todo tipo de “eufemismos” para hablar del asunto y solo logró quedar “muy mal ranqueada en materia de ética pública y de transparencia, dos cosas en las que ella se considera una experta”.

Pero además, dice la periodista en su columna, tener un hermano condenado por narcotráfico no es su verdadero talón de aquiles, pero “ser socio de uno sí es un tema de otro tenor que tiene a la vicepresidenta muy enredada”.

Duzán recoge las acusaciones que pesan contra su esposo, Álvaro Rincón, y dice que ambos estarían vinculados a un proyecto con el “antiguo capo de la droga y comandante paramilitar” conocido con el alias de ‘Memo Fantasma’, y que ha lavado dinero a través del mercado inmobiliario.

La periodista cuestiona que Ramírez tampoco haya sido transparente con la opinión pública sobre un tema revelado en una completa y seria investigación pese a ser una funcionaria pública de tan alto nivel:

“Esa delicada línea entre la empresa privada y la función pública la ha transitado Marta Lucía con una arrogancia que solo tienen los que practican el deporte de la puerta giratoria. Siendo vicepresidenta llegó a tener en un momento el control de la infraestructura, pese a que su esposo tiene grandes intereses en el sector de la construcción. Y ella, que transita por tan sinuosa línea, nos mira a todos desde un pedestal de la moral que no tiene”.

Mientras el reconocido portal de investigación InSight Crime sigue hablando de las presuntas relaciones de Ramírez con inversionistas relacionados con el narcotráfico, ella culpa a los periodistas que hacen bien su labor, dice Duzán.

Esto a propósito de que en el comunicado que emitió luego de la revelación de La Nueva Prensa, ella calificó el delicado episodio como un ataque bajo de sus “enemigos políticos”. Duzán cerró su texto con la dura percepción que tiene ahora de la fórmula de Gobierno de Iván Duque:

“Siempre pensé que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez había llegado al poder para demostrar que las mujeres somos capaces de hacer una diferencia, pero lo que ha sucedido es lo contrario. Ahora veo que Marta Lucía Ramírez es una más de ese montón”.