Murciélagos y abejas, los únicos que llegan a atender a centros de salud en La Guajira

Nación
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Los habitantes de tres corregimientos denuncian que solo los visitan un médico y un odontólogo una vez por semana. Las estructuras están que se caen.

El puesto, que está ubicado en la entrada del corregimiento, tiene dos consultorios: uno de consulta externa, en el que hay un estante de carpetas con historias clínicas, un escritorio, dos camillas oxidadas, y un lavamanos que no funciona porque la llave de agua está dañada.

En el otro, se presta atención odontológica a pesar de que los pisos están agrietados, la silla de la doctora no tiene espaldar, y el asiento de los pacientes se está desarmando.

En Guayacanal viven al menos 300 personas. Sin embargo, hace por lo menos seis años, no ven inversiones en el centro de salud. A pesar de que el actual alcalde de San Juan del Cesar —y el anterior— prometió mejorar el lugar, hasta ahora no ha cumplido su promesa.

Los habitantes de este pueblo no tienen acceso a la atención mínima de primeros auxilios y deben viajar durante once kilómetros para ser atendidos en el municipio de San Juan del Cesar.

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“En algún momento fue un puesto de salud que, a pesar de que eran los años 80 o 90, tenía de todo en cuanto a infraestructura y dotaciones. Fue considerado el mejor de los corregimientos y ha llegado al estado en el que está solo porque el Gobierno nos ha dado la espalda”, dice Adain Blanchard, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del corregimiento. “La verdad es que las comunidades estamos en el olvido”, añade.

Por si fuera poco, al lugar solo llegan un odontólogo y un médico para atender consultas de medicina externa cada ocho días. Así lo definió el Hospital San Rafael para que el personal de salud pueda ir a otros corregimientos. Los días que el puesto está cerrado, la única opción que tiene la gente es viajar hasta la zona urbana del municipio. Este proceso de transporte genera un costo que muchos no tienen cómo financiar.

Qué dice la gente

  • “Hasta ahora el servicio que nos prestan de salud no es muy bueno porque aquí actualmente llegan los médicos una vez a la semana. Solo es un rato en la mañana y atienden a unos cuantos y luego se van. Yo pienso que acá debería haber un médico permanente o que venga tres veces a la semana porque acá la gente se enferma”, dice Euden Oñate, habitante de este corregimiento desde hace 40 años.

  • Wilmer Ávila, quien ha vivido en este pueblo con su familia desde hace 57 años, dice: “la experiencia que he tenido es regular porque a veces se dan casos de que el horario del médico no es el mismo de siempre. Eso va variando y no tienen la puntualidad requerida”, dice Ávila.

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  • Roderick David Oñate, otro habitante, asegura que ha tenido que pagar hasta 30 mil solo por el transporte sin contar alimentación y gastos extra de medicamentos. “Si es por pasaje se pagan 10 mil pesos ida y vuelta y si es por viaje (cuando el transportado espera para llevar al usuario de nuevo al lugar de origen) cobran de 20.000 a 30.000 pesos”.

Adaín Blanchard, presidente de la Junta de Acción Comunal, asegura que ha enviado derechos de petición a la Alcaldía de San Juan del César. Sin embargo, hasta la fecha no ha obtenido una respuesta contundente para mejorar el estado de la infraestructura.

“Las últimas administraciones han hecho caso omiso a las peticiones que les hemos realizado. Hace tres años se cayó una pared de las que rodea al puesto de salud e hice la petición pero la respuesta que recibí es que no se les puede invertir ni un peso por lo que no están legalizados”, cuenta el lugareño.

No es el único puesto de salud en mal estado

Los presidentes de las Juntas de Acción Comunal de al menos otros tres corregimientos de San Juan del Cesar aseguran que sus puestos de salud están deteriorados y no cuentan con las condiciones necesarias para brindar un servicio óptimo a sus comunidades.

El Totumo

Al igual que en Guayacanal, en el puesto de salud de El Totumo se ofertan los servicios de consulta externa y odontología. Elsida Córdoba, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), explica que aunque la infraestructura del puesto de salud está en buen estado, “le falta dotación: sillas, escritorios, algodón, camillas, alcohol, gasas, peso y tallimetro para prestar un mejor servicio”.

Córdoba, quien lidera a una comunidad de alrededor de 318 habitantes, coincide en señalar que la dificultad más grande es la espera para ser atendidos.

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A este puesto de salud asiste un médico y enfermeras todos los viernes. En el resto de los días, si alguna persona presenta algún malestar o accidente debe viajar durante quince minutos directamente hasta la zona urbana del municipio. El trayecto de ida y regreso cuesta diez mil pesos.

“Las necesidades más puntuales son poder contar con un centro de salud que pueda prestarnos el servicio de laboratorio, un servicio óptimo de odontología y un médico permanente”, manifiesta Córdoba sobre las solicitudes de mejoramiento que ha hecho a la Alcaldía. Sin embargo, asegura, han hecho caso omiso.

Corral de Piedra

El puesto de salud cuenta con dos cuartos, usados como consultorios para brindar el servicio de odontología y las consultas externas. Al interior, no hay sillas para los pacientes, las camillas están dañadas, los baños no están en funcionamiento y las puertas de madera de los consultorios se están desmoronando en la parte de abajo. Además, las paredes tienen comején.

“Este puesto de salud no está en condiciones para atender a la gente. Físicamente se ve bien pero por dentro habita la necesidad”, dice Manuel Fernández, quien ha sido presidente de la JAC desde hace once años. Asegura que ha hecho solicitudes de mejoramiento y adecuación al mandatario de turno pero la respuesta que recibe es que no hay presupuesto y que los encargados de mejoramiento de estos puestos son los directivos del hospital.

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Antes, un médico visitaba a los habitantes de Corral de Piedra dos veces por semana, pero hoy en día solo va una vez. Tampoco hay una auxiliar permanente en el puesto, comparten la misma con el corregimiento de Guayacanal que está a diez minutos de distancia en carro.

“La auxiliar presta sus servicios como se debe y está al pendiente, pero sería mucho mejor que nosotros tuviéramos nuestra propia auxiliar”, añade.

Cañaverales

Este corregimiento tiene uno de los puestos de salud más grande de San Juan del Cesar. Al interior cuenta con cinco cuartos: uno de odontología, consulta externa, uno que estaba destinado para partos pero está desocupado, y los otros dos están llenos de estanterías con papeles, camillas dañadas y cielorrasos caídos.

En ninguno de los dos baños hay agua a pesar de tener las conexiones. La falta de uso del centro médico ha llevado a que los murciélagos y las abejas invadan algunos rincones. Además, en la sala de espera hay cuatro sillas, que no dan abasto para los pacientes que asisten al centro y deben esperar de pie.

“Acá vienen y hacen un pañito de agua tibia de pintar paredes y listo. Lo demás sigue igual. Hay una tapia (pared externa) dañada, el cielorraso no sirve, los baños tienen más de 40 años de existencia y jamás han estado en funcionamiento. Desde el hospital nos envían equipos, sillas y camillas que allá ya no usan”, relata Miguel Quintero, presidente de la JAC. El líder asegura que ha tenido que sacar de su bolsillo para comprar muebles para el centro ante la falta de respuesta de las autoridades.

¿Qué dicen la Alcaldía y el Hospital?

San Juan del Cesar es conocido como la cabecera de la salud en el sur de La Guajira. Allí se encuentran el Hospital San Rafael, de segundo nivel, y las clínicas San Juan y Someda, donde se atienden principalmente urgencias infantiles.

Habitantes de Barrancas, La Jagua y Fonseca, entre otros municipios, y de departamentos cercanos como el Cesar y Magdalena viajan hasta el municipio para recibir atención médica. Sin embargo, la variedad de oferta y la buena calidad del servicio de la zona urbana contrasta con el servicio disponible en la zona rural que es una de las más grandes del departamento.

Evelina Herrera, coordinadora municipal de los puestos de salud de la zona rural y urbana adscritos al Hospital San Rafael, explica que el hospital es el encargado de la atención de baja complejidad, prestación del servicio de consulta general, prevención de enfermedades y odontología.

Aunque reconoce el deterioro de la infraestructura de los puestos de salud, afirma que esto no es de su competencia. “La planta física de los puestos de salud no es como tal del hospital, a nosotros nos corresponde la parte de dotaciones de implementos pero la llevamos durante la atención. Hay equipos que no se pueden dejar en los puestos porque no tienen seguridad y hemos tenido varias pérdidas”, dice.

Sobre la contratación de más personal de la salud que atienda la zona rural, Herrera explica que es responsabilidad del Ministerio de Salud y la Gobernación de La Guajira.

“Los médicos y enfermeras son del servicio social obligatorio. Las plazas del hospital están inscritas ante el Ministerio y la Secretaría departamental hace un sorteo. Los médicos y enfermeras que desean hacer rural o están recién graduados, se inscriben desde sus universidades y así se asignan las plazas”, dice. De esta manera, la división por días de atención garantiza que todos los corregimientos queden cubiertos.

Por su parte, el secretario de Salud municipal, Laín López, aclara que la Alcaldía es quien debe hacer estos arreglos pero se ha demorado por trámites de legalización de los terrenos.

“Muchos de estos puestos estaban en un estado de incertidumbre, que no se sabía de quién era la propiedad. Algunos fueron donados por la población, pero no se logró legalizar el predio. Mientras eso no se determinara, iba hacer muy complejo hacer una inversión en mejoramiento”, explica López. “En esta administración se logró legalizar cada uno de estos predios y ahora sí el municipio va hacer todas las inversiones”, afirma sin dar más detalles.

A la fecha hay un proyecto en proceso para el mejoramiento de los centros de salud por parte de la Alcaldía. Con este se hará la adecuación, mejoramiento y reposición del puesto de Cañaverales. Para esto se destinaron 2.780 millones de pesos del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET). Según López, este proyecto ya está listo, solo falta una certificación por parte del departamento para que se le pueda dar el aval y así comenzar la etapa de licitación. Algo para lo que aún no hay fecha.

López dice que hace falta dinero para atender los demás centros de salud. “San Juan es un municipio de sexta categoría, donde prácticamente los recursos que se tienen para destinar a este tipo de mejoramientos son muy escasos”.

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