"Por lambones y sapos": aterradores detalles de orden para asesinar esmeralderos en Bogotá

En un reciente y trágico suceso que sacudió a la industria de la esmeralda en Colombia, Hernando de Jesús Sánchez Sierra, prominente empresario y socio en la empresa Esmeraldas Santa Rosa, fue asesinado el pasado domingo 6 de abril en el norte de Bogotá, localidad de Usaquén. 

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Este hecho ocurre en un contexto especialmente delicado para el sector, dado que no solo él, sino también su colega Juan Sebastián Aguilar, conocido como ‘Pedro pechuga’, habían sido objeto de ataques casi idénticos en Bogotá. Ambos fueron asesinados con disparos al pecho propinados por francotiradores en el lujoso condominio Bosques del Marqués, donde residían.

Este acontecimiento ha puesto en relieve no solo la violencia que sigue permeando ciertos sectores de la economía colombiana, sino también las intrincadas redes de poder y conflicto que caracterizan al comercio de esmeraldas en el país. Según fuentes cercanas a la investigación, la muerte de Sánchez podría estar relacionada con una disputa interna por el control de acciones dentro de Esmeraldas Santa Rosa, heredadas tras la muerte de Luis Caicedo en 2021, y reclamadas por facciones contrarias incluyendo al temido alias ‘Chiquito Malo’, de la temida organización criminal ‘Clan del Golfo’, según informó El Tiempo.

“Hay que matar primero a Hernando para que no se arisque porque ya le hicieron un atentado, hay que matarlo sin fallar”, esta es una de las frases capturadas de un documento revelado por el citado medio, presumiblemente discutido entre miembros de la Oficina de Envigado y sicarios locales. Esta agrupación, junto con delincuentes de Sanandresito de la 38, se alinea en una lista negra con múltiples objetivos ya marcados para la muerte.

“Oficialmente, la Fiscalía sigue investigando quiénes fueron los autores materiales e intelectuales de la muerte de don Pedro, el pasado 7 de agosto de 2024. Pero entre jefes esmeralderos se sabía que al menos el gatillero ya había sido neutralizado”, dijo un comerciante de gemas al periódico. 

Los investigadores no descartan que los autores intelectuales detrás del asesinato de Sánchez sean los mismos que orquestaron el de Aguilar, instando a la unificación de ambos casos para una investigación más exhaustiva. Documentos de la Fiscalía apuntan a un complot aún mayor, señalando la existencia de una lista que condena a muerte a varios individuos dentro del circuito de las esmeraldas y sus allegados por supuestamente colaborar con autoridades norteamericanas en procesos contra el narcotráfico, de acuerdo con el impreso.

“El primero es Hernando Sánchez; segundo, ‘Pedro Pechuga’; tercero, un informante de la DEA; cuarto, Carlos; quinto, Edwin; sexto, Hollman; séptimo, el ‘Gringo’. Después de eso, como vayan las cosas, siguen Darío López, gerente de una mina; Juan Colinche; Henry, administrador de la mina de Cunas, y el diputado Jonathan Sánchez. [..] A ese grupo hay que matarlos por lambones y sapos”, se lee en la declaración. De hecho, uno de los que aparece ahí es hijo del zar del esmeraldas, Víctor Carranza. 

Además, la Policía retuvo brevemente a un individuo presuntamente vinculado al asesinato de Sánchez, aunque este fue liberado posteriormente. Mientras tanto, la Fiscalía sigue las pistas que podrían implicar a exmilitares ahora al servicio de mafias locales como potenciales ejecutores de estos crímenes, según el informe periodístico.

A raíz de estos hechos, la comunidad de negocios de esmeraldas en Colombia se encuentra en un estado de alerta constante, temerosa de que este sea el principio de un nuevo capítulo de violentas disputas por el control de uno de los recursos más codiciados y legendarios del país. La historia aún tiene muchos hilos sueltos, y toda la información y desarrollos pueden seguirse destrabanado con personas cercanas al entorno de Sánchez y ‘Pedro pechuga’.