"Una gente de Cali": alias 'Gabriela' hizo reveladora confesión en caso de Miguel Uribe

La declaración de alias ‘Gabriela’ relata con detalle el desarrollo del atentado contra el senador, desde la planificación hasta la ejecución y posterior fuga de los implicados.

Ella dice cómo fue contactada por uno de los autores intelectuales, Élder Arteaga ‘el Costeño’, y describe cómo fue influenciada para colaborar con el transporte del arma que luego fue usada por el menor de edad entrenado como sicario y quien disparó.

(Vea también: Destapan motivos de ataque que tiene a Miguel Uribe entre la vida y la muerte: esto dice la Fiscalía).

“Me dijo que se lo habían presentado hacía mucho tiempo y que trabajaba de sicario, que una gente de Cali se lo había presentado y que él robaba y sicariaba, pero no me dijo dónde”, dijo la mujer acerca del menor de edad, en palabras citadas por Semana.

‘Gabriela’ acompañó a Élder Arteaga al lugar del atentado, donde presenció el momento en que el menor disparó y el senador cayó herido. En medio del caos, huyeron por el parque y luego por las calles cercanas, buscando cómo escapar de la escena.

Posteriormente, se encontraron con el conductor del carro usado en la operación (de nacionalidad venezolana), al que Élder Arteaga le ordenó cambiar el color del vehículo, quitarle el GPS y deshacerse del celular del sicario.

Luego se dirigieron a un bar de propiedad de Élder Arteaga, donde hablaron sobre eliminar posibles testigos, incluyendo al menor y al conductor venezolano.

La mujer cuenta cómo Arteaga le ofreció refugio en Florencia (Caquetá), donde supuestamente la guerrilla la protegería y podría formarse en cursos de francotirador o drones. A pesar de sus dudas, ella aceptó irse, empacó sus cosas y viajó a Florencia.

Estando en esa ciudad, fue capturada por la policía tras un registro en un bar. La acusan de tentativa de homicidio, porte ilegal de armas y uso de menores.

Fue trasladada a Bogotá, donde le realizaron exámenes médicos y le decomisaron dinero y pertenencias. Ella admite haber trabajado como modelo webcam y revela que recibió pagos por transportar el arma.

Su relato expone con crudeza la violencia, manipulación y red criminal detrás del atentado contra Miguel Uribe, así como su participación, inicialmente encubierta, hasta el momento de su captura.