Virus deja 1.523 muertos en China, pero 11.053 enfermos graves no dan tiempo para lamentos

Entre el viernes y el sábado se añadieron 143 muertos y 2.641 infectados más a las cifras de víctimas, mientras que se vigilan otros 8.969 posibles contagios.

La preocupación por las crecientes cifras radica en que cada día se siguen diagnosticando más casos de los que se curan. Siguiendo los datos oficiales divulgados por Xinhua, la madrugada de este sábado se dieron de alta 1.373 pacientes, pero ingresaron 2.277 personas más como casos sospechosos.

Aunque la AFP asegura que los nuevos casos de personas contaminadas fueron aproximadamente la mitad con relación a los reportados en la jornada anterior, el total sigue siendo alarmante: 66.492, según la agencia china de noticias.

La magnitud de la epidemia escaló súbitamente esta semana después que las autoridades médicas chinas decidieron adoptar un nuevo criterio en el conteo de casos, incluyendo pacientes solamente con “diagnóstico clínico”.

Con la enorme cantidad de complejos exámenes de laboratorio aún en espera, los especialistas percibieron que era necesario agilizar el proceso para permitir que más personas puedan comenzar a recibir tratamiento, y por ello incluyeron pacientes diagnosticados con una simple radiografía de pulmón.

La medida permitió ofrecer ayuda médica de inmediato a personas con síntomas de la enfermedad, pero hizo que el número de casos se disparara. El jueves, por ejemplo, la estadística sumó nada menos que 15.000 pacientes a la lista de personas contaminadas.

Hasta el momento, 1.716 médicos y enfermeros también fueron contaminados, y seis de ellos perecieron, informaron las autoridades.

El viernes, sin embargo, las autoridades chinas realizaron una revisión a la baja tanto en el número de muertos como de pacientes contaminados, al verificar que muchos casos habían sido contados más de una vez.