Caos y protestas en Bangladesh dejan casi 40 muertos; calles, envueltas en fuego

Estudiantes bangladesíes prendieron fuego a la emisora ​​estatal del país el jueves mientras se intensificaban las protestas contra las reglas de contratación de funcionarios públicos, con el número de muertos aumentando a al menos 39 y las autoridades imponiendo lo que un observador llamó un apagón de Internet “casi total”, según AFP.

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La policía disparó balas de goma contra cientos de manifestantes, quienes contraatacaron y persiguieron a los agentes en retirada hasta la sede de la Televisión de Bangladesh (BTV) en la capital, Daca.

Los manifestantes incendiaron el edificio de recepción de la emisora ​​y decenas de vehículos estacionados afuera. Un responsable de la emisora ​​dijo más tarde a la AFP que el personal había evacuado el edificio de forma segura.

Un día antes, la primera ministra Sheikh Hasina pronunció un discurso nacional en la red buscando calmar la escalada de enfrentamientos.

“Nuestra primera exigencia es que el primer ministro se disculpe con nosotros. […] En segundo lugar, se debe garantizar justicia para nuestros hermanos asesinados”, dijo a la AFP el manifestante Bidisha Rimjhim, de 18 años.

Las marchas casi diarias de este mes han exigido el fin de un sistema de cuotas que reserva más de la mitad de los puestos de la administración pública para grupos específicos, incluidos los hijos de veteranos de la guerra de liberación del país contra Pakistán en 1971.

Los críticos dicen que el plan beneficia a los hijos de grupos progubernamentales que respaldan a Hasina, de 76 años, quien ha gobernado el país desde 2009 y ganó su cuarta elección consecutiva en enero después de una votación sin una oposición genuina.

El gobierno de Hasina es acusado por grupos de derechos humanos de hacer un mal uso de las instituciones estatales para afianzar su poder y aplastar la disidencia, incluso mediante el asesinato extrajudicial de activistas de la oposición.

Su administración ordenó esta semana el cierre indefinido de escuelas y universidades, mientras la policía intensifica sus esfuerzos para controlar la deteriorada situación de la ley y el orden.