Más muertos y heridos, en nuevo ataque aéreo de EE. UU. contra un comandante en Irak

La televisión de ese país no especificó la identidad del militar. La policía iraquí aseguró que hay víctimas pero no aclaró de cuántas personas se trata.

El blanco es un comandante de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), una coalición de paramilitares iraníes, en la madrugada del sábado al norte de Bagdad.

Entre tanto, el objetivo del ataque fue un convoy de las FMP y se produjo cerca del campamento de Taji, a unos 30 kilómetros al norte de Bagdad, asegura Reuters, citando a sus fuentes en el Ejército iraquí.

La agencia también entrega un saldo de seis personas muertas y tres heridos de gravedad.

Tal como sucedió con el primer ataque, “dos de los tres vehículos que formaban el convoy quedaron destruidos y quemados a consecuencia del impacto de los proyectiles”, añadió RT.

Sin embargo, los medios locales reportan siete muertos, entre los que estaría un prominente líder religioso y su hermano. “El canal iraquí Al Asaib confirma la información e identifica a una de las víctimas mortales como Hamid al Jazairi”, citó el medio.

El viernes el jefe de las Fuerzas de Movilización Popular y el poderoso general iraní Qasem Soleimani murieron en un bombardeo estadounidense. Ese ataque supuso una arriesgada apuesta por intimidar a Irán y ha desatado el temor de los aliados de Washington a una nueva guerra en Oriente Medio.

A largo plazo, el objetivo de Washington es restablecer una estrategia de disuasión con Irán y mostrar que no quedarán impunes los incidentes en el estrecho de Ormuz, por donde cruza la quinta parte del crudo mundial, y los ataques de septiembre a refinerías saudíes, en los que Irán niega cualquier responsabilidad.

La tensión entre Teherán y Washington se ha incrementado desde que Trump ordenara la salida unilateral de EE.UU. del acuerdo nuclear de 2015.

En este caso, el punto de inflexión se produjo con la muerte el pasado 27 de diciembre de un contratista estadounidense en un ataque contra una base militar en Irak que el Pentágono atribuye a la milicia chií Kata’ib Hizbulá (KH), que según Washington tiene vínculos con Teherán.

En respuesta a esa víctima mortal, EE.UU. lanzó ataques en Siria e Irak contra la KH. Esa ofensiva estadounidense causó la muerte de una veintena de personas y provocó que cientos de simpatizantes de esa milicia reaccionaran asaltando la Embajada estadounidense en Bagdad.