El día que cambió el mundo: cómo el 11-S redefinió la seguridad, la política y nuestra vida cotidiana

Mundo
Tiempo de lectura: 6 min
por: 

Hola! Somos el noticiero regional más visto en Colombia, u00a1Conéctate con nosotros y entérate de las noticias del suroccidente colombiano!, Emisión digital en vivo a las 8 a.m. por todos nuestros canales digitales, Emisión central a la 1:00 p.m. por el canal Telepacífico y nuestros canales digitales.

Visitar sitio

El 11-S no solo cambió a EE.UU.; redefinió la seguridad, la privacidad y la política global para siempre.

El 11 de septiembre de 2001 significó un punto de quiebre en la historia contemporánea al convertirse Estados Unidos en blanco de un ataque terrorista nunca antes visto que dejó cerca de 3.000 víctimas fatales y reformuló las relaciones internacionales en materia de seguridad y política. Durante la mañana de ese día, la red extremista Al Qaeda coordinó el secuestro de cuatro aviones comerciales para estrellarlos contra objetivos de profundo valor simbólico y estratégico: las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, el edificio del Pentágono en Washington D.C. y un campo en Pensilvania, donde pasajeros lograron evitar un ataque aún mayor al rebelarse contra los secuestradores, según los hechos reportados en fuentes periodísticas como El Espectador y The New York Times.

La transmisión global en tiempo real del ataque y el colapso de las torres marcó la memoria colectiva, al tiempo que evidenciaba la vulnerabilidad de una potencia considerada hasta entonces intocable. Análisis del Instituto Donald W. Reynolds de Periodismo señalan que la cobertura rigurosa de medios reconocidos jugó un papel decisivo en construir un relato de credibilidad y establecer criterios informativos en situaciones de crisis.

Desde una perspectiva histórica, el 11-S fue el primer atentado de una célula terrorista no estatal con consecuencias devastadoras en suelo estadounidense, subvirtiendo la sensación de seguridad vigente desde la Segunda Guerra Mundial. Como lo expone Peter Bergen, historiador y especialista en seguridad, el ataque reescribió la percepción internacional sobre amenazas asimétricas — aquellas que no provienen de Estados, sino de grupos irregulares — y sobre el terrorismo como fenómeno global.

En reacción inmediata, el gobierno encabezado por George W. Bush inició la llamada “guerra contra el terrorismo”, que se tradujo en la invasión a Afganistán en octubre de ese mismo año. El objetivo principal fue derrocar al régimen talibán, señalado por brindar refugio al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Este episodio representó el inicio de conflictos bélicos prolongados y determinó nuevas políticas de defensa tanto en Estados Unidos como fuera de sus fronteras, de acuerdo con reportajes de The New York Times y la BBC.

Los cambios dentro del país también fueron profundos y se tradujeron en el establecimiento del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) y en la adopción global de rigurosos controles en aviación civil y fronteras. Estas reformas alteraron las rutinas de viaje e influyeron en el debate sobre el delicado equilibrio entre la seguridad ciudadana y los derechos humanos, un tema destacado por organizaciones como Human Rights Watch y el Pew Research Center.

En lo económico y social, la magnitud de las pérdidas materiales superó los 100.000 millones de dólares, además de las secuelas emocionales y de salud en familiares, rescatistas y sobrevivientes. El Departamento de Salud de EE.UU. documentó un alza significativa en enfermedades respiratorias y en diagnósticos de trastornos postraumáticos entre quienes estuvieron expuestos al desastre, revelando las consecuencias profundas y persistentes más allá de la esfera política y militar.

A casi un cuarto de siglo del ataque, el 11-S sigue siendo una cicatriz abierta y un referente ineludible en el debate sobre terrorismo internacional, vulnerabilidad estatal y los dilemas de seguridad frente a derechos individuales. El Council on Foreign Relations subraya que el periodo posterior al 11-S dibujó un nuevo panorama: la amenaza terrorista se mantiene presente, pero al mismo tiempo persisten los cuestionamientos acerca de las intervenciones internacionales y los límites éticos en la acción estatal.

En definitiva, los atentados del 11 de septiembre trastocaron no solo la realidad de Estados Unidos, sino que redefinieron la arquitectura de la seguridad global, afectando de manera perdurable las conversaciones políticas, sociales y éticas del siglo XXI.

¿Cuál fue el impacto del 11-S en la legislación sobre vigilancia y privacidad?
Tras los atentados, Estados Unidos reformuló su marco jurídico de seguridad, cuya manifestación más clara fue la Ley Patriota (Patriot Act). Este conjunto legal amplió las facultades de vigilancia interna, la interceptación de comunicaciones y la recopilación de datos por parte del gobierno. El debate sobre el equilibrio entre proteger ciudadanos y respetar la privacidad individual se intensificó, con posturas encontradas recogidas durante años por organismos de derechos humanos y medios de comunicación. La controversia sobre hasta qué punto la vigilancia masiva garantiza protección o amenaza las libertades sigue siendo central en el contexto nacional e internacional.
En este sentido, informes de Human Rights Watch han advertido sobre el riesgo de erosión de derechos civiles si la vigilancia estatal carece de controles y transparencia adecuados. La tensión entre seguridad y privacidad derivada del 11-S permanece viva en legislaciones globales y en discusiones sobre tecnologías de control y protección de datos.

¿Por qué los ataques del 11-S se consideran un parteaguas en la historia de los conflictos modernos?
El 11 de septiembre introdujo una nueva fase en los conflictos internacionales, caracterizada por la centralidad de amenazas no convencionales y la respuesta militar globalizada. La prominencia del terrorismo como fenómeno transnacional llevó a la redefinición de estrategias defensivas y de intervención en múltiples países, marcando una diferencia respecto a las guerras estatales convencionales del siglo XX. El involucramiento militar de Estados Unidos en Afganistán y otras regiones fue la expresión más notoria de este giro histórico.
Reportes especializados del Council on Foreign Relations y análisis periodísticos coinciden en que después del 11-S surgió un esquema de seguridad internacional basado en coaliciones y operaciones antiterroristas. Esto transformó la gobernanza global y las prioridades en relaciones internacionales, influyendo en la política exterior y en la forma en que se aborda la paz, la seguridad y los derechos en el mundo actual.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

Temas Relacionados:

Te puede interesar

Carros

Cambio histórico con las licencias de conducción en Colombia: las consecuencias no van a gustar

Virales

[Video] Hombre fue a motel para descubrir a su esposa infiel y se llevó una sorpresa

Entretenimiento

Video de Beéle con Isabella Ladera: revelan imágenes que los dejan expuestos

Sigue leyendo