Consultas en Bonn para relanzar las ambiciones climáticas antes de la COP30

Este lunes 16 de junio comenzó en Bonn, Alemania, una semana de consultas con vistas a la COP30, prevista en Belém (Brasil) el próximo mes de noviembre. Con motivo de estas “reuniones entre sesiones”, se pondrán sobre la mesa numerosos temas. Los participantes esperan relanzar las ambiciones climáticas antes de la próxima COP30.

Por Juliette Pietraszewski

Desde el final de la COP29 en Bakú, la amargura de los países en desarrollo no ha disminuido. La causa es la financiación “insuficiente” por parte de los países desarrollados y emisores históricos de las ayudas para una transición energética “justa”. Con las reuniones preparatorias de Bonn, los observadores esperan ahora sentar bases sólidas para responder a las ambiciones de la COP30 del próximo mes de noviembre.

Pocos “planes climáticos” presentados, a pesar de ser necesarios

Entre los temas que se debatirán, las discusiones girarán en torno a los planes climáticos de los países. También conocidos en la jerga de la ONU como “NDC”, las contribuciones determinadas a nivel nacional, estos planes detallan las acciones y proyectos de cada país para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. El objetivo: permitir alcanzar los objetivos fijados en el Acuerdo de París, es decir, “mantener el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 grados centígrados” y “realizar esfuerzos aún más intensos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales”.

Estos planes climáticos, que deben presentarse a más tardar en septiembre próximo (la primera fecha límite era en febrero), permitirán a la ONU realizar un cálculo global para determinar el grado de calentamiento global al que nos enfrentaremos en el futuro y ver si se cumple el Acuerdo de París. Sin embargo, por el momento, solo 22 países han presentado sus planes. “Estos 22 ‘NDC’ representan el 21 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Ciento setenta y cinco participantes aún no han comunicado nada, y representan el 79 % de las emisiones”, destaca Fanny Petitbon, responsable de 350.org en Francia.

Entre la veintena de planes climáticos ya presentados, se encuentran los de Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos, ya que Washington envió su hoja de ruta a finales de 2024, justo antes de la toma de posesión de Donald Trump. Por su parte, la Unión Europea aún no ha detallado el suyo. Sin embargo, muy esperados en este tema, los europeos no logran ponerse de acuerdo sobre su reducción de emisiones de aquí a 2040. El de China tampoco se ha presentado por el momento.

“Lo que sería interesante ver en estos planes climáticos son elementos claros que pongan en práctica las decisiones del balance mundial y la salida justa y ordenada de las energías fósiles”, precisa Gaïa Febvre, responsable de políticas internacionales de Réseau Action Climat (RAC). “La cuestión de los ‘NDC’ está estrechamente relacionada con la de la financiación. Los Estados más pobres y vulnerables necesitarán flujos financieros para seguir sus planes climáticos y planes de transición energética más justos”.

La espinosa cuestión de la financiación de la transición

Esta semana, en Bonn, las consultas también se centrarán en la financiación. En la última COP, nuevo objetivo colectivo cuantificado pasó de 100.000 a 300.000 millones de dólares al año. Estos fondos deben permitir a los países del Sur llevar a cabo su transición energética mediante la financiación de los países del Norte, responsables históricamente del cambio climático. Pero esta dotación anunciada sigue siendo “insuficiente”, explica Fanny Petitbon, responsable de 350.org en Francia. “Lo que ocurrió en Bakú ha saboteado una vez más la confianza entre los países del Norte y del Sur. Son ‘migajas’ concedidas por los países del Norte. Habría que pasar a 1,3 billones de dólares de aquí a 2035”, dice. Las consultas que se celebrarán esta semana en Bonn también serán sobre cómo alcanzar esta suma.

Además, también se celebrarán importantes debates sobre los aspectos “cualitativos de la financiación”. “¡No debe generar más deuda!”, subraya Gaïa Febvre, de RAC. Y con razón: el 93 % de los países más vulnerables ya se encuentran en situación de sobreendeudamiento o están a punto de estarlo. Esto empuja a los Estados afectados a explotar las energías fósiles, lo que constituye un círculo vicioso. “Muchos países, poco responsables del cambio climático, se verán obligados a pedir préstamos”, exponiéndose al pago de intereses “en lugar de invertir en salud, desarrollo…”, recuerda.

Las cuestiones sobre la financiación también se centrarán en el destino de ese dinero: ¿Atenuación? ¿Adaptación? ¿Pérdidas y daños? Es decir, los tres pilares detallados en el Acuerdo de París y a los que deberán responder los flujos financieros.