Siete lugares sagrados alrededor de mundo que probablemente no conocía

La relación del hombre con lo divino, lo sobrenatural y lo místico ha sido fuente de las más grandes creaciones y manifestaciones culturales de nuestra especie. Desde las pirámides y templos egipcios o greco-romanos, pasando por las imponentes estructuras de la América precolombina hasta las magníficas catedrales europeas y exquisitas mezquitas del mundo árabe, es innegable que el acercamiento a lo divino ha movido los hilos de la historia de manera determinante.

Sin embargo, existen también alrededor del mundo innumerables lugares donde la magnitud de la naturaleza y la energía que de ella emana ha sido suficiente para consagrarlos como epicentros de poder y veneración por parte del hombre. Este es un recorrido alrededor del mundo por algunos de los lugares donde la naturaleza habla por si sola, donde la intervención humana no ha sido necesaria para convertirlos en fuente de inspiración y sobrecogimiento.

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ULURU, Australia

Si usted ha oído hablar del famoso monolito conocido como Ayers Rock, le invitamos a que se remonte miles de años atrás y rebautice este mágico lugar con el nombre que le han dado los aborígenes australianos desde antes de que el tiempo fuera tiempo.

Uluru es, a los ojos de un occidental desprevenido, un magnifico monolito de piedra roja de unos 350 metros de alto y 3,6 kilómetros de largo por 2 de ancho. Es igualmente un lugar donde las puestas de sol deslumbran a cualquiera que presencie este espectáculo en el que la aridez solo refuerza el cambio de colores de una belleza indescriptible.

Sin embargo, para quienes buscan ver con otros ojos, Uluru es mucho más que eso. Se trata de un lugar donde tienen origen un gran número de mitos creacionales aborígenes y del cual se desprenden las más fuertes tradiciones milenarias que unifican de una forma u otra a este pueblo nómada.

Es un lugar de culto y profundo respeto, los aborígenes lo conocen palmo a palmo y pueden relatar historias y batallas ancestrales a partir de una simple grieta, de una simple elevación o cueva.

Dicen que allí están contenidos los secretos de los dioses y la sabiduría de hombres de otros tiempos. Hombres serpientes y hombres canguros yacen esperando contar su historia y lo importante no es escalar la roca, como lo desean millones de turistas que allí se acercan cada año. Lo importante aquí es escuchar, escuchar atentamente, con la mente y el corazón abiertos pues en Uluru convergen las voces del desierto.

MONTE FUJI, Japón

Es probable que si le pedimos a un terrícola del común que cierre los ojos y piense en Japón, una de las primeras imágenes que vendrá a su mente será la de un volcán nevado que majestuosamente reina sobre campos, lagos y ciudades. Un monte cuya forma de cono invertido suele aparecer bucólicamente enmarcado por cerezos en flor contrastando el blanco de su pico con un cielo azul profundo.

El emblemático Monte Fuji es uno de los lugares más venerados dentro de la cultura Japonesa aún hoy en día a pesar de tratarse de una de las principales y más visitadas atracciones del país. Su evidente belleza y el protagonismo del que ha gozado este volcán de la isla de Honshu en la iconografía nipona han despertado curiosidad y fascinación en el mundo occidental.

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Este lugar representa mucho más dentro de la milenaria tradición Sintoísta en la que cada elemento de la naturaleza es fuente de un sinnúmero de espíritus objeto de veneración. Para los Sintoístas el mundo es, en pocas palabras, divinidad manifiesta y El Monte Fuji es uno de los más importantes dentro de esta tradición. Está directamente asociado a la diosa Sengen-Sama y se cree que allí los espíritus otorgan a quien acude buscando divinidad la resucitación tras la muerte.

HUA-SHAN, China

Pangu, Dios de la creación, al ponerse de pie en el mundo separó el cielo de la tierra sosteniéndolos con sus brazos estirados durante dieciocho mil años. Una vez estuvo seguro de que se mantendría cada uno en su lugar y no sucumbirían al caos, Pangu decidió morir y completar La Creación a partir de su cuerpo gigante. De su sangre nacieron los ríos, sus ojos se convirtieron en el sol y la luna, de su piel y pelo nacieron animales y plantas y de sus extremidades nacieron las cinco montañas sagradas de la China.

Hua Shan, o “ montaña luminosa”, fue creada a partir de los pies de Pangu y desde entonces ha sido un lugar sagrado para el Taoísmo, filosofía de profunda influencia en China. Esta imponente montaña está compuesta de cinco picos y representa un verdadero reto para sus visitantes dada su geografía extremadamente escarpada. Es famosa por sus acantilados y barrancos y ha ostentado el título de «montaña más peligrosa del mundo» por sus senderos rudimentarios no aptos para quienes sufren de vértigo. ¿Quién se le mide a peregrinar allí?

MONTE KAILASH, Tibet

Ni lo agreste del entorno ni las más enardecidas medidas de la China Maoísta han logrado que este imponente pico en el medio de la meseta tibetana pierda su aura mística y divina. La verdad es que resulta difícil competir contra el lugar que es considerado el centro mismo del universo para la tradición Budista de toda la región. Esto sin mencionar que para los hindúes es la morada de Shiva, dios de la destrucción y uno de los más notables en su panteón. Los Jainistas por su lado, lo consideran el lugar donde su gran líder y legislador alcanzó el Nirvana. Y, como si fuera poco, dentro de la cosmología ancestral de todas estas religiones, el monte Kailash es la fuente de los principales ríos que bañan India, China, Nepal. Así que lo sentimos Mao, no tuviste nunca un chance en esta contienda.

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Por su carácter sagrado está firmemente prohibido su asenso, lo cual dada su belleza e imponenecia, resulta frustrante para los montañistas empedernidos quienes deben conformarse con contemplarlo desde la lejanía. Esto por supuesto no supone ni mucho menos un castigo pues a cualquiera que tenga un poco de sensibilidad le correrá por las venas una sensación de profundo recogimiento admirando su prístina cúpula y la cantidad de manifestaciones religiosas y espirituales que a su alrededor tienen lugar

BANDIÁGARA, Mali

Poco se sabe en occidente sobre las culturas y tradiciones del África sub sahariana. Menos idea tenemos aún de sus creencias, mitos y prácticas religiosas. Es por esto que este maravilloso lugar es aún un perfecto extraño para muchos viajeros.

Situado entre la sabana de Malí y los bordes del rio Niger, estos farallones se encuentran en el denominado “país de los Dogones” tristemente celebres por tratarse de una de las culturas que practica la ablación femenina. Sin embargo, la cultura dogona es igualmente rica en cultura milenaria y mística.

Fundamental para la supervivencia del pueblo Dogon dada su geografía de muy difícil acceso, su importancia reside en ser el lugar designado a los Dogones por el Pueblo de las Estrellas, dioses míticos que guiaron a los cuatro patriarcas hasta estos remotos parajes, siempre y cuando mantuvieran las tradiciones y enseñanzas que ellos mismos les habían trasmitido. En este lugar las numerosas cuevas y sinfín de pasadizos, contienen la revelación mística de grupos tribales africanos y las pinturas rupestres abundan para el observador cuidadoso.

LAGO TITICACA, Bolvia-Perú

Quien haya tenido el placer contemplar el lago Titicaca, dirá que se trata de una imponentísima visión digna de resaltar. Pero quien haya pasado tiempo allí, navegando sus aguas y deteniéndose a percibir su influencia en cuerpo mente y espíritu no dudará en afirmar que se trata de un lugar que infunde gran respeto y donde la energía es, por decir lo menos, muy particular.

Este lago a 3812 metros sobre el nivel del mar hace parte fundamental de la cosmogonía Andina: Incas, Quechuas, Aymaras, Uros y tantos otros pueblos le han dado al lago un papel fundamental en sus mitos otorgándole un carácter sagrado que prevalece hasta hoy.

De sus aguas brotaron los hijos de Viracocha para repoblar la tierra después del Gran Diluvio y se cree igualmente que el lago alberga en sus profundidades una poderosa ciudad donde aún moran los espíritus de los dioses Andinos. Esto ha atraído la atención de muchos a través de los años, incluído el célebre Jacques Cousteau, quien se acercó en numerosas ocasiones a explorar este lago buscando ciudades y tesoros subterráneos que dieran pistas sobre civilizaciones perdidas.

WIRIKUTA, Mexico

Si hay algo que la vida moderna y el afán de las ciudades nos han quitado es la posibilidad de observar. Léase bien: de observar. Citando al felino pelirrojo, héroe infantil de los años ochenta mejor conocido como Leono, de “ver más allá de lo evidente”.

Situado en la provincia de San Luis Potosí en el extremo septentrional mexicano, el desierto de Wirikuta es un lugar poderoso y de suma importancia para la identidad indígena Wixarika, mejor conocida como “Huichol”.

Cuentan los indígenas que fue aquí, en este lugar desértico, donde salió por primera vez el sol, donde aún habitan los espíritus ancestrales y donde la presencia sagrada del venado azul se puede manifestar a los iniciados.

A estos parajes acuden año tras año chamanes y sabios indígenas en peregrinación para emprender un viaje místico de varios días desierto adentro y realizar ceremonias alrededor de la planta sagrada del peyote. Este destino se ha popularizado entre quienes buscan una experiencia de conexión espiritual que trascienda la materialidad del cuerpo y permita nuevas formas de curación e introspección. Conexión universal, retorno al ser o cualquiera que sea la naturaleza de la experiencia, lo que vale en este caso es la gran tradición y poder místico que enfrasca este lugar que muchos ven pero pocos observan, realmente observan.