"Un infierno": Sebastián Martínez, por útiles escolares para colegio de su hijo

La mayoría de colegios de Colombia son ‘calendario A’ y el año escolar empezó a inicios de 2022, pero los de ‘calendario B’ apenas dan comienzo a las clases en agosto. Y Amador, el hijo del actor Sebastián Martínez y la actriz Kathy Sáenz, está a punto de iniciar un nuevo año de estudio, lo que lleva a la preparación de los útiles y elementos que pide su colegio.

Pues, en medio de las compras necesarias, el famoso actor se pronunció sobre algunos elementos que le pidieron “al niño”. Dando a entender que sería exagerado el número de útiles y que ni siquiera los va a utilizar en todo el año.

(Lea acá: Sebastián Martínez contó en qué se gasta la plata: se da muy buenos lujos)

La queja de Sebastián Martínez por los útiles para colegio de su hijo, Amador 

Días antes del inicio de clases, Sebastián salió con su hijo a cumplir con los requerimientos del colegio y mientras buscaban lo que les pidieron en la lista de útiles, el actor expresó:

“Estamos en el plan de los útiles escolares, un plan, que cuando uno era un niño; era el plan soñado, el plan de la vida. Y ahora, cuando uno es papá, es ‘un infierno’.

Porque uno ve esas listas y dice: – ¿Por qué me le están pidiendo tres paquetes de marcadores, al niño? No los va a usar, ¿por qué? –”

Sin hablar del colegio en el que estaba Amador, tampoco hablando de los precios del lugar en el cual estaban haciendo las compras, este reclamo de Sebastián Martínez refleja lo mismo que muchos padres de familia piensan y viven cada vez que sus hijos van a empezar un año escolar y se encuentran con las exigencias de cada institución educativa.

(Lea también: “Medellín debería ser capital”: Sebastián Martínez abrió discusión entre rolos y paisas)

Y más allá del tono casual que usó el actor, seguramente será un llamado de atención para el colegio en el que tienen matriculado a su hijo. Recordando que Amador quiere ser piloto de automovilismo, ya ha dado sus primeros giros en las pistas y este deporte también exige una carga económica fuerte para los principales patrocinadores; los padres.