Ciclismo colombiano, de nuevo en líos: deportista fue sancionado por caso de dopaje

El ciclismo colombiano vuelve a quedar en entredicho, luego de conocerse una nueva sanción por dopaje, esta vez contra Carlos Daniel Echeverri Cardona, de 24 años.

La Unión Ciclista Internacional (UCI) anunció este jueves la suspensión del deportista antioqueño, luego de que diera positivo por el uso de una sustancia prohibida en los Juegos Panamericanos de 2023.

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El castigo impuesto por la UCI será de tres años, lo que deja a Echeverri fuera de competencia hasta el 7 de noviembre de 2026. El resultado adverso provino de una muestra tomada el 24 de octubre de 2023, el mismo día en que obtuvo la medalla de plata en la prueba de velocidad por equipos, según reportó el portal especializado Ciclo21.

La sustancia detectada en el organismo de Echeverri fue Ligandrol, también conocida como LGD-4033, un modulador selectivo de los receptores de andrógenos.

Este compuesto, que no está aprobado para uso médico en ningún país del mundo, es utilizado para aumentar la masa muscular sin los efectos colaterales típicos de los esteroides. Su uso ha sido señalado en otros casos recientes, como el del ciclista griego Christos Volikakis, aunque en su situación aún se espera una decisión definitiva.

El caso de Echeverri reabre el debate sobre la presencia del dopaje en el ciclismo colombiano, un problema que ha golpeado repetidamente al deporte nacional. Otro episodio reciente involucra a Luis Carlos Chía, quien fue suspendido tras arrojar positivo por fentermina, una sustancia usada para reducir el apetito y asociada al control de peso.

Según informó El Tiempo, el control a Chía se hizo el 10 de abril durante su participación en el Tour de Hainan, en China, cuando competía con el equipo Huansheng – Vonoa – Taishan Sport Team. Aunque está a la espera del desarrollo de su proceso de defensa, su nombre ya figura en la lista de casos reportados por la Federación Colombiana de Ciclismo, elevando a 25 el número de ciclistas implicados.

Estas sanciones pueden tener un efecto positivo al enviar un mensaje claro sobre la cero tolerancia frente al uso de sustancias prohibidas, ayudando a preservar la integridad del deporte. Sin embargo, también plantean desafíos, como el impacto en la carrera de jóvenes talentos y la necesidad de fortalecer la educación y prevención dentro de los equipos, algo que muchas veces es insuficiente.

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El ciclismo colombiano sigue enfrentando una dura prueba en materia de transparencia y ética deportiva. Mientras algunos corredores pagan las consecuencias, el reto está en reforzar los controles y, sobre todo, en fomentar una cultura de juego limpio desde las bases.