Bogotá impulsa el sueño paralímpico: dos nadadores competirán en el Mundial Virtus 2025 en Tailandia

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Conoce a los nadadores bogotanos que desafían límites y harán historia en el Mundial Virtus 2025.

El director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), Daniel García Cañón, despidió recientemente a los destacados nadadores paralímpicos David Santiago Melo y Nicolás Molina, miembros del Equipo Bogotá, antes de que representen a la ciudad y al país en el Campeonato Mundial de Natación Virtus 2025, programado en Bangkok, Tailandia, del 20 al 30 de agosto. Ambos deportistas, reconocidos por su perseverancia y habilidades, cuentan con discapacidad intelectual y compiten bajo la clasificación cognitiva II1, lo que les permitirá medirse en diversas pruebas contra los mejores exponentes internacionales de su categoría, fortaleciendo el orgullo capitalino y nacional, según la información oficial del IDRD.

Este gesto de respaldo subraya la apuesta de Bogotá por el deporte adaptado y la formación de talentos en disciplinas que exigen gran capacidad física y mental. La natación paralímpica, en concreto, ha evolucionado considerablemente en Colombia durante la última década, beneficiándose del trabajo conjunto entre políticas públicas, entidades deportivas y programas sociales destinados a incluir y promover el deporte entre personas con discapacidad. Según reportes del Ministerio del Deporte y el Comité Paralímpico Colombiano, la visibilidad y el profesionalismo alcanzados por el deporte paralímpico han crecido notablemente, posicionando a Colombia en escenarios globales.

El avance del deporte adaptado en el país se evidenció durante los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, donde los atletas colombianos lograron importantes reconocimientos internacionales, impulsando iniciativas gubernamentales para potenciar la infraestructura deportiva accesible. En particular, el IDRD se ha consolidado como pilar en el desarrollo de la recreación y el deporte inclusivo en la capital, garantizando no solo recursos materiales, sino también acompañamiento técnico, psicológico y médico que aseguran la preparación y el bienestar de los deportistas paralímpicos.

La gestión liderada por García Cañón va más allá del apoyo logístico y financiero. Considera, además, la importancia de una preparación personalizada, adaptada a las necesidades individuales de los atletas con discapacidad intelectual. De acuerdo con investigaciones publicadas por el British Journal of Sports Medicine, este enfoque integral es esencial para maximizar el rendimiento y la seguridad en competencias de alto nivel.

Nicolás Molina, de 27 años, ha consolidado su trayectoria en la natación paralímpica, destacándose especialmente en pruebas de 50 y 200 metros, tanto en estilos combinados como en modalidad libre y de espalda. Por otro lado, David Santiago Melo, con apenas 15 años, ya sobresale como una joven promesa, compitiendo en recorridos variados que presagian una carrera sólida en el deporte adaptado, de acuerdo a reportes internos del propio IDRD. Su participación representa la convergencia de experiencia y renovación generacional dentro del equipo capitalino.

La clasificación cognitiva II1, aplicada en competencias paralímpicas y supervisada por organismos como el Comité Paralímpico Internacional, garantiza la equidad en las pruebas al evaluar de manera uniforme las capacidades funcionales e intelectuales de los atletas. De este modo, se promueve un entorno competitivo justo que fomenta el espíritu deportivo, la inclusión y elimina ventajas desproporcionadas.

Además del valor deportivo, la visibilidad que ofrecen escenarios como el Mundial Virtus resulta fundamental para transformar la percepción social sobre las personas con discapacidad intelectual. Según estudios del European Journal of Adapted Physical Activity, participar en estos eventos tiene un efecto positivo directo en la autoestima y el empoderamiento de los atletas, además de contribuir a la reducción de barreras sociales y la generación de referentes para nuevas generaciones interesadas en el deporte adaptado.

El ejemplo de Bogotá, apoyando sistemáticamente la preparación y proyección de sus atletas paralímpicos, puede servir de modelo para otras ciudades de Colombia y América Latina. La sostenibilidad y robustez de estos programas dependerá, en gran medida, de un acompañamiento institucional permanente que potencie sus logros y multiplique las oportunidades de desarrollo para deportistas como Melo y Molina, consolidando el deporte inclusivo como prioridad en las políticas públicas locales y nacionales.

Preguntas frecuentes relacionadas

¿Qué es la clasificación cognitiva II1 en el deporte paralímpico?

La clasificación cognitiva II1, mencionada en los estándares internacionales de competencias, define un grupo específico de deportistas con discapacidad intelectual moderada. Esta evaluación determina las habilidades funcionales y adaptativas que influyen en el desempeño deportivo, garantizando que los participantes compitan en igualdad de condiciones. Es una medida que promueve la justicia y la transparencia dentro del movimiento paralímpico, facilitando que el desafío sea genuinamente deportivo y no condicionado por diferencias sustanciales en las capacidades.

El reconocimiento de esta clasificación por entidades como el Comité Paralímpico Internacional permite que atletas con perfiles comparables accedan a competencias internacionales, cumpliendo protocolos rigurosos de evaluación médica y psicológica. Así, se asegura la integridad de la competición y se impulsa la participación de más personas con discapacidad intelectual en el deporte de alto rendimiento.

¿Cómo impacta la participación en eventos internacionales en la vida de los deportistas con discapacidad intelectual?

Participar en campeonatos mundiales o paralímpicos representa mucho más que un logro individual para los deportistas; implica una transformación a nivel personal, familiar y comunitario. De acuerdo con estudios del European Journal of Adapted Physical Activity, estos eventos refuerzan la confianza, inspiran a otros jóvenes con discapacidad y ayudan a derribar prejuicios sociales sobre sus capacidades y potencial.

La exposición internacional abre nuevas posibilidades educativas, profesionales y sociales para los atletas, aumentando su visibilidad y motivando a instituciones y gobiernos a invertir más en programas inclusivos. El ejemplo de David Santiago Melo y Nicolás Molina es una oportunidad para que la sociedad valore la diversidad y se comprometa con la igualdad de oportunidades en todas las esferas, incluido el deporte.

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