Conozca a la jugadora de tenis de 94 años que entrena tres veces por semana

El deseo de muchos es tener una vida larga y saludable, pero son pocos los que realmente se esmeran por hacerlo; en el grupo de personas que trabajan para hacerlo realidad, se encuentra Henrietta Speth, quien a los 94 años sigue golpeando las pelotas de tenis tres días a la semana.

Empezó a jugar al tenis en 1965, cuando se abrió una nueva cancha de racquetbol en su ciudad natal y se ofrecieron clases. A los 38 años, Speth cogió una raqueta con algunas de sus amigas y no la ha dejado desde entonces. “Las cuatro jugábamos a las cartas, pero ninguna jugaba al tenis, así que empezamos todas. “Me encantó desde el principio”, expresó Speth.

Durante dos horas, tres días a la semana, sigue el ritmo de jugadores de la mitad de su edad en las pistas de tenis del parque Rutenberg, en el condado de Lee. “Me encanta la actividad. Es un juego que se mueve. Siempre he sido activa; desde pequeña nunca iba andando a la tienda, siempre corría”, añade esta abuelita.

Speth se mueve mucho a sus 94 años, pues también es pintora y diseñadora de ropa; de hecho, diseña y cose sus propios trajes para jugar y lo ha hecho durante años. Y como no, se la nacida en 1927, era hija de una costurera y un tintorero.

“Creo que la gente la da por sentada y asume que, por su edad, va a poder con ella. Y no creo que ese sea el caso en absoluto cuando la ves jugar aquí”, dijo Lyn Bruner, directora ejecutiva de la Asociación de Tenis del Condado de Lee.

Las compañeras de equipo de Speth dicen que es una inspiración para todas ellas. “Todos queremos ser como ella cuando seamos mayores”, expresan con total agrado. Incluso a sus 94 años, Speth no tiene previsto bajar el ritmo. Piensa seguir jugando mientras su cuerpo se lo permita. “Hasta que me muera”, sentencia con autoridad

La Asociación de Tenis de la Comunidad del Condado de Lee, Florida (Estados Unidos), donde Speth entrena, ofrece clases para todas las edades y las canchas están disponibles desde las 7 de la mañana hasta el anochecer, excepto en las pistas iluminadas, que están abiertas hasta las 9 de la noche.