La mística de Gamero y las claves del título del Deportes Tolima

Gabriel Camargo aprendió del pasado: hizo las paces con Alberto Gamero luego de su incómoda salida en 2016, invirtió en su sede deportiva y fichó adecuadamente, logrando equilibrio tanto en la cancha como en el camerino.

La pelota quieta

No es casualidad que el gol de Danovis Banguero haya llegado en un tiro de esquina, su equipo cobró 135 durante el semestre, más que cualquier otro en el FPC, según datos de Datafactory; por ello también es una práctica habitual en la sede del Tolima.

La mística de Gamero

Pocos creían en la remontada del Tolima en Medellín, donde Atlético Nacional se había hecho invencible. Uno de ellos fue Alberto Gamero, y convenció a sus jugadores: no tenían “nada que perder, y sí mucho por ganar. Hacer historia”, como bien contó Banguero a Espn durante la celebración vinotinto.

Orden

El deseo del técnico se plasmó en la cancha del Atanasio: Deportes Tolima salió a jugarle mano a mano al más veces campeón en su cancha, algo que no esperaba la hinchada ni tampoco el cuerpo técnico verdolaga. El ‘pijao’ jugó como un grande la final.

Un juego cotidiano

Todos los días, al final del entrenamiento, los jugadores del Tolima hacen un torneo de penaltis, regularidad que se evidenció en la cancha del Atanasio Girardot.

El toque de experiencia

La llegada de jugadores con títulos en sus hojas de vida como Rafael Robayo y Ángelo Rodríguez, o experiencia internacional como Marco Pérez, de dieron al elenco ‘pijao’ el plus que le hizo falta en torneos anteriores: el toque de jerarquía para jugar y ganar una final, más en un escenario adverso como un Atanasio Girardot vestido de verde y con el rival en ventaja en el marcador.