De acuerdo con The Washington Post, Carolina Williams, de 18 años, se acaba de graduar de una escuela secundaria de Tennessee y acaba de pasar a una de las mejores universidades de Estados Unidos con un ensayo que para muchos sería una locura.

“El sonido del timbre de la puerta comienza muy alto, luego el tono se diluye, y todo el efecto imita una interpretación instrumental de la lluvia finalmente encontrando un ritmo constante al cual caer. He pasado varios minutos analizando su tono porque he tenido muchas oportunidades de hacerlo, ya que una cosa que me encanta hacer es pedir pizza y recibirla en mi casa. Cuando la persona de la entrega toca mi timbre, instantáneamente me convierto en uno de los perros de Pavlov, salivando al sonido que señala la llegada de la gloria circular con sabor a queso. Huele a celebración, mientras me regocijo por la ocasión feliz de llamar a Papa John’s Pizza por mi alimento preferido. Tiene el sabor de la comodidad, ya que recibir pizza en mi tranquilo hogar es una forma de relajarme. Se parece a la autosuficiencia, porque cuando era joven, pedir pizza me hacia sentir adulta, y todavía proporciona esa satisfacción para el niño que hay en mi corazón. Recibir esas cálidas cajas de cartón en mi puerta es una segunda naturaleza para mí, pero siempre me encantará pedir pizza debido a la forma en que ocho rebanadas de algo tan común son capaces de evocar sentimientos de independencia, consuelo y alegría”.

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La joven decidió enviar un mensaje a Papa John’s, su compañía favorita de pizza, que la recompensó con pizzas gratis por un año y una pasantía estudiantil.

“Solo quería que Papa John’s supiera que escribí un ensayo de lo mucho que me gusta pedir su pizza y que me llevó a Yale”, escribió la joven en Twitter.

También compartió una imagen de la carta de aceptación que recibió:

“Bienvenida a Yale. Es con el más grande entusiasmo que escribo para felicitarte por tu admisión a la promoción 2021. Tienes todos los motivos para sentirte orgullosa de tus logros y estoy encantado con la perspectiva de que te unirás a nuestra comunidad el próximo otoño”, decía la carta, escrita por el decano de admisiones de pregrado.

Y un mensaje que le envió una de las personas que siguió paso a paso su proceso de admisión.

“Quería contactarte y felicitarte por tu admisión a Yale. Estoy muy orgulloso de haber leído tu aplicación… Me reí demasiado… Quiero que sepas que cada parte de tu aplicación se destacó en todo el proceso y estamos encantados de poder darte un cupo en Yale”.

A pesar de todo, Carolina prefirió matricularse en la Universidad de Auburn, en el estado de Alabama. “Personalmente es un lugar mejor para mí. Me siento más como en casa aquí. Fue más como una decisión de instinto”, dijo a The Washington Post.

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