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En la sociedad moderna, cada vez es más común encontrar adultos jóvenes que optan por quedarse en el hogar familiar incluso después de alcanzar la edad adulta. Este fenómeno, conocido como ‘la generación que no se va de casa’, plantea preguntas intrigantes sobre la independencia, la economía y las relaciones familiares en la actualidad.
Uno de los motivos más evidentes detrás de esta tendencia es el aspecto económico. Con los costos de vida en constante aumento, los jóvenes a menudo se enfrentan a la dificultad de encontrar empleos bien remunerados que les permitan sostenerse por sí mismos desde el principio. La decisión de permanecer en casa puede ser vista como una solución pragmática para evitar el endeudamiento y establecer una base financiera sólida antes de aventurarse por cuenta propia.
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Una madre italiana ganó una demanda en contra de sus propios hijos, dos hombres que tienen más de 40 años con el fin de que se fueran de casa definitivamente. La demanda se presentó en la ciudad de Pavia–Italia, donde la jueza Somina Caterbi fue la encargada del caso y quien favoreció a esta mujer desesperada.
Los dos hombres llamados “parásitos” por su madre, vivían en casa de muy cómodamente en el apartamento familiar sin aportar económicamente nada. Aunque son dos adultos mayores, su madre era quien se encargaba de todos los gastos.
La jueza expresó: “No existe ninguna disposición en la legislación que atribuya al hijo adulto el derecho incondicional a permanecer en el hogar de propiedad exclusiva de los padres, contra su voluntad y en virtud únicamente del vínculo familiar”.
El descaro de estos hombres llegó a otro nivel, pues decidieron contratar un abogado y luchar contra el desalojo, argumentando que la ley establece que los padres deben cuidar a sus hijos el tiempo que sea necesario.
Sin embargo, la jueza determinó que no tenia coherencia, pues los acusados son dos personas adultas mayores de 40 años y una vez superada una determinada edad el niño no puede esperar que los progenitores continúen con esta obligación.
Los dos hombres tendrán hasta el 18 de diciembre del presente año para al fin desalojar la vivienda.
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