Así lo asegura la fiscal María Victoria Beltrán, quien ha investigado durante 8 años la explotación sexual infantil en esta ciudad, en un informe publicado por El Tiempo.

El Tiempo reseña el caso más recordado por la fiscal, en el que cinco hermanas se retractaron de la acusación contra su madre de venderlas a mecánicos en un taller, cuando se enteraron que podría ir a la cárcel por 14 años.

Como ellas, otras niñas (hoy mujeres) cuentan que la madre fue quien las negoció.

Karen (nombre ficticio) fue vendida a los 13 años a un extranjero que la violó. “A cambio le dieron un teléfono Nokia. Su madre hizo mercado por primera vez en mucho tiempo y saldó una vieja deuda”, dice El Tiempo.

Las transacciones involucran a menores de hasta 7 años de edad, a quien pueden llegar a cambiar por mercados.

Pero las subastas de vírgenes, conocidas como “la feria de las virginidades” siguen en la capital paisa.

Grupos de delincuentes presionan a las madres para que cuiden la virginidad de sus hijas hasta los 13 o 14 años. En las subastas en línea los precios oscilan entre 600.000 y 5 millones de pesos, que casi siempre son pagados por extranjeros.

Normalmente, las niñas abusadas terminan dedicándose a la prostitución.

El Tiempo concluye citando el sueño de Karen, comprarle una casa a su madre, la misma mujer que la vendió por primera vez.

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