Además, explica la revista Semana, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, tiene a su favor una mayoría política en el Concejo que lo respalda y el argumento de que un año en la administración no es suficiente para medir su desempeño al frente de la ciudad.

La publicación advierte que, a pesar de que la figura de la revocatoria, consagrada en la Ley de Participación Ciudadana que fue modificada por el Congreso en 2015, tenga condiciones menos estrictas para este tipo de iniciativas populares, sus promotores están divididos y eso afectará el resultado final.

Ellos mismos (los 4 comités inscritos ante el Consejo Nacional Electoral) se negaron la posibilidad de unirse para alcanzar la meta de la recolección de las firmas, y eso es ya un gran problema para los promotores de la iniciativa.

Y aunque hasta ahora Gustavo Petro lo niegue, dice la revista, su influencia es notable entre los que proponen tumbar a Enrique Peñalosa. El ambiente político será uno de los determinantes para que la propuesta viva o muera antes de llegar a las urnas.

Por eso, Semana subraya las siguientes razones por las cuales llevar esta iniciativa sería, además de inapropiado, un salto hacia la incertidumbre y un bache político que no le conviene a la capital del país:

Los puntos a favor de Peñalosa

  • “El actual alcalde no solo es un gran ejecutor, sino también posiblemente el colombiano que más conoce la problemática de Bogotá”.
  • “A diferencia de su primer gobierno ha construido mejores canales de comunicación con el Concejo, lo cual es positivo y hace más viable ejecutar los proyectos”.
  • “Si se cumpliera el plan integral que tiene para la Bogotá del futuro, la transformación de la capital del país sería de una dimensión comparable al salto hacia adelante que produjo su primera Alcaldía”.
  • En materia de seguridad, los 12 primeros meses del alcalde han sido buenos estadísticamente, aunque a la ciudad le cueste reconocerlos.
  • Ya sobrevivió a otro intento de revocatoria e, incluso, al final fue calificado como el mejor alcalde que ha tenido Bogotá, pese a que al principio tuvo los peores indicadores de favorabilidad.

Los puntos en contra

  • “El Peñalosa peliblanco del siglo 21 no es el mismo que el pelinegro del siglo 20. Sin embargo, sus defectos de personalidad siguen siendo los mismos”.
  • “Es percibido como arrogante, intransigente y mal comunicador”.
  • “Se ha desgastado en discusiones inútiles como la de sus títulos universitarios y también ha menospreciado las sensibilidades legítimas de algunos sectores que defienden la continuidad de proyectos sociales iniciados por Petro”.
  • Su relación con los ambientalistas está destrozada y abrió heridas muy sensibles, en relación con la reserva Van der Hammen, “que no serán fáciles de sanar”.

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