El trabajo musical reúne a representantes de Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Meta, Antioquia y Putumayo, y proyecta la unión de la esperanza y la paz a través de la música.

La producción artística busca además crear una memoria rítmica y describir en sus letras que “ninguna expresión de terror” les puede quitar la dignidad.

El trabajo discográfico del que hicieron parte 17 hombres y 11 mujeres, estuvo dirigido por Corina Campos, directora de la Coral Leo de Cuba y de Juan E. Ruanes.

Los participantes son miembros de las Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (CONPAZ), una iniciativa donde las víctimas intercambian experiencias de protección no violenta en los territorios y de aplicación del derecho humanitario.

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